31 octubre 2007

Los que más

Sabía que me lo iba a decir nada más entrara por la puerta, no porque ella sea previsible, sino porque es constante: “¿Has visto, michico, que los navarros somos los que más esperanza de vida tenemos?” A mi abuela esas cosas le hinchan los rulos y se le pone la redecilla para el pelo de carne de gallina. Da igual que sean las monjas, las donaciones de sangre, de órganos, los que más damos para las catástrofes. Lo que sea. Siempre y cuando estemos a la cabeza en algo bueno, ella lo disfruta una barbaridad. Tal vez por eso –por disfrutar tanto- se pasa ya unos años de la media navarra de edad. O a lo mejor es por los txupitos de baxaka. “No sé, abu, igual es porque no nos morimos hasta que acabamos de pagar la hipoteca. O porque dudamos mucho antes, que somos muy indecisos para despegar. Fíjate en Puras”, le contesto. Ella niega la mayor, ya que argumenta que eso es porque tenemos unos alimentos excelentes, unos ríos supinos, unos bosques del patín y, todo en general, bueno, empezando por las setas. Hablando de setas y de números, dicen que en el primer mes de funcionamiento del parque micológico de la Ultzama han pasado por caja 986 personas, lo que nos da una media de unas 30 personas al día. Poco me parece. O había poca seta o poca gente con ganas de pagar por cogerlas. No sé, el caso es que en otros valles colindantes parece que ha habido o hay bastantes más visitantes que otros años, incluso vecinos de la propia Ultzama en busca de seta ajena, lo que da pie a la clásica disputa entre Villaarriba y Villaabajo pero en formato seta -si quieres setas vete a tu pueblo- y también a peregrinaciones internas a la caza del revuelto gratis. Así que entre setalaris y foráneos que van a venir a Navarra porque así se mueren más tarde no va a haber parkings para todos.

28 octubre 2007

Apaga y vámonos

Hace unos días estuve en Barcelona. Salí de casa de mi primo en la calle de l´Avenir el lunes por la mañana a comprar unos escargots en La Boquería y llegué de vuelta un jueves por la noche. Los escargots llegaron antes que yo, el martes al mediodía. Es que bajé al mercado andando, pero luego me monté en el metro y ahí la jodí. Bueno, pues entré en el metro y se cayó el andén, así que nos mandaron a todos al otro lado, pero yo soy muy torpe, entré en el agujero equivocado y me monté en un express que iba a El Prat, así que les di a los caracoles la dirección y les dije que se metieran en el frigo y no se movieran. En El Prat había una caída de electricidad y por tanto no funcionaban los vuelos urbanos –es una nueva modalidad para salir del paso- y para cuando quise coger el express de vuelta me dijeron que una explosión había reventado las vías. Salí a la calle y traté de coger un taxi, pero el ejército fusilaba a los que no hubieran llamado a Teletaxi. Había una cola que llegaba a Gavá y cadáveres en las aceras. Había también pillaje: comerciales de bancos y cajas ofreciendo créditos para comprar helicópteros. Y fogatas. La gente se tiraba a las ruedas de los autobuses y también entre ellos, por aprovechar. Creo que a lo lejos se atisbaba a la Ministra, que pedía paciencia y se movía en un patinete eléctrico. Después de tres días conseguí una bici –al 35% TAE de interés nominal- y pedaleé hasta que caí rendido delante de mi portal. No funcionaba el ascensor, ni la luz, y había un esqueleto entre el 1º y el 2º. Le mangué las bolsas del Mercadona. Abrí la puerta, el frigorífico, me zampé los escargots a la llauna y di las gracias por vivir en un país con tan buenas materias primas. Luego me fui a la Sagrada Familia. Llegué a tiempo de verla caer.

27 octubre 2007

Preventiva

Chivite –y lamento esta fijación con nuestros socialistas, pero es que son para echarse a correr y cada vez que abren la boca me obnubilo y no veo más allá- ha acuñado una nueva expresión. Ha dicho que el PSN muestra una “satisfacción preventiva” por la receptividad de UPN a las propuestas socialistas sobre los presupuestos. Que qué significa no tengo ni idea, supongo que será como cuando estás maquinando que te vas a meter con el Playboy en el baño y te va entrando una satisfacción previa ante lo que va a venir. O sea, que tienes una ganas locas de que aquello se culmine, pero con su ceremonia –que me meto, que no me meto- que todo en la vida tiene su ceremonia, como este nuevo paripé del PSN con el tema de los presupuestos y que no engaña a nadie. Pero, en una voltereta insuperable, el que ha roto la báscula de las declaraciones descacharrantes ha sido el parlamentario del PSN José Luis Izco, que ha dicho –y juro que no he tomado ninguna droga- esto: “Pido a los ciudadanos que tomen buena nota del comportamiento de aquellos que pretenden aparecer como progresistas y que, sin embargo, solamente se preocupan por las butacas y sillones”. Y lo ha dicho no refiriéndose precisamente a su partido, ni a Torrens, ni a Elena Torres, sino a otros partidos. Increíble. Exijo ya controles antidopaje en el Parlamento. También ha dicho que “ha llegado el momento de la izquierda real frente a la izquierda estética”. Eso él solo, sin ayuda de nadie, con una tranquilidad pasmosa. Lo más terrible es que igual hasta se lo cree, eso de que él y su partido son la izquierda real, lo que quiera que eso signifique. No, en serio, en esta tierra tenemos un problema muy grave con un partido que lleva 15 años que no sabe hacia dónde va. Una desgracia que no es preventiva, que es real.

26 octubre 2007

No sé

Pues qué quieren que les diga, a mi lo del gilipuertas del tren con la niña ecuatoriana ya me empieza a parecer un circo, que es en lo que, mes sí y mes también, los medios de comunicación de este país convierten a lo primero que pillan. Lo que no pasa de ser una deleznable agresión que merece el castigo que le impongan se convierte en el asunto no ya sólo de un día sino de la semana y vete a saber si del año, con el macarra atendiendo a los medios a la puerta de su casa como si fuese el 10 de Downing Street, la pobre abuela diciendo que si tal y que si en el fondo es un buen chico -¿qué va a decir?- y el chaval que iba en el vagón yendo a denunciar en comisaría que los vecinos le insultan por la calle y le llaman cobarde –dejo la pregunta en el aire: ¿ustedes cómo hubiesen actuado en esa misma situación, con semejante pieza suelta en su mismo vagón?-. Vamos, que ha tenido que hablar hasta el Ministro de Justicia porque el fiscal no hizo bien su trabajo y no asistió a las declaraciones, la bomba. Y todo porque las televisiones tuvieron a bien emitir las imágenes del atropello, lo que lleva a otras preguntas: ¿si no se llega a emitir en televisión lo grabado por la cámara de seguridad el castigo sería menor?, ¿influye a la hora de tomar una decisión judicial que todo el país haya visto lo que ha pasado y espere que le metan al susodicho un paquete ejemplar?, ¿se habría montado tal revuelo si la agredida es de Punta Umbría? No sé, supongo que estas cosas se desmadran y lo que debería ser un seguimiento informativo lógico se convierte en una jauría que vete a saber dónde se parará y cuándo, que una cosa es que el chaval sea un cafre, que haya que darle su merecido y otra que le conviertan en la persona más buscada del país. No sé si me explico.

25 octubre 2007

Premios

Mi papá entrega mañana unos premios muy importantes en Oviedo. No podré ir porque tengo un pinzamiento desde que hice un gesto raro cuando Hamilton se pasó de frenada. Tengo que aprender a hacer mejor los cortes de mangas. Mi papá se lo pasa muy bien dando esos premios, porque se codea con gente de lo más interesante y hasta una vez saludó a mi madre con cara de yo a ti no te conozco de nada, qué pillín. Pero este año está algo enfadado porque uno de los premiados no va a ir a recoger el premio, lo que no había sucedido nunca jamás, y eso a mi papá le molesta porque él va a ser Rey de España y no entiende que haya gente con tan poca educación. Como Van Morrison, que una vez empezó un concierto en Mallorca a su hora, sin esperar a que llegara papá, que llegó dos minutos tarde, y, para hacerle la pelota a papá, Carmen Rigalt escribió que Van Morrison era un cerdo gordo. Hay que ver lo bajo que pueden llegar a caer algunos por sacar la cara a papá. Dice el premiado ausente que no puede ir porque tiene un concierto en Nebraska, pero la policía tonta del todo no es y cualquiera sabe que ese concierto se puso después de que le concedieran el premio y luego, para disimular, se buscó otros tres más en Chicago. Ese lo que pasa es que quiere ir por la vida de misterioso y despreocupado, cuando todos sabemos que está bien contento por haber recibido el premio. No me gusta ese tío y mucho menos cómo canta, que parece un perro apaleado. El jurado dice que “es el faro de una generación”. Así ha salido su generación, hecha ciscos. Bueno, allá ellos. Yo, cuando entregue los premios, se lo pienso dar a Van Morrison, que será gordo y todo lo que quieras pero canta estupendamente. Y además es un tío cumplidor, que empieza a su hora, no como otros, que o no vienen o llegan tarde.

24 octubre 2007

Líneas rojas

Ha dicho Roberto Jiménez –portavoz del PSN en el Parlamento- que si UPN acepta las “líneas rojas” que el PSN va a introducir en el proyecto de presupuestos entonces no habrá ningún problema para que ellos, los del PSN, apoyen esos presupuestos. Me ha entrao tal ataque que he abierto los ojos y se me ha metido el champú y, del susto, mi patito se ha hecho fuerte detrás de los geles. Ahí estaba, agarrao al frasco de Dove. Es que me ha hecho mucha gracia eso de las “líneas rojas”, a estas alturas de la fotonovela. Estos aún se las dan de rojos, hay que joderse. Y luego que a ver quién se cree que no lo tienen ya todo pactado y bien atado, que ése es un truco más viejo que la tos. Quedas con el otro que no incluya equis cosas en los presupuestos, las presentas tú como enmiendas para dártelas de social –ahora se confunde social con rojo-, el otro hace como que le duele mucho aceptarte las enmiendas, tú haces como que aprietas, el otro al final acepta “por el bien de la estabilidad” y tú quedas como el campeón de las causas justas. Y a otra cosa y al Alhambra a comer, merendar y cenar. Ha dicho también que “necesitan tiempo” para analizar lo que ha presentado UPN y luego otras cosas que no he oído porque medio ciego, mojao y lleno de espuma me he abalanzado sobre la radio para apagarla, que es la reacción química que me produce escuchar o leer o ver a algún mandamás del PSN desde hace unos meses, que prefiero correr el riesgo de desnucarme en la bañera que oírles un solo segundo. Ya lo siento, pero es lo que hay. Inmediatamente, Martiko ha salido de su escondrijo –“es que me ponen del hígado”, me ha reconocido- y hemos seguido con nuestro aseo, porque no sé lo que pasa últimamente por esta tierra, que hay una cantidad de sarro en el ambiente... A otros, ni el Jordán.

21 octubre 2007

Ropas

Ahora mismo acabo de entrar al cuarto y he visto a mi rival braceando entre miles de ropas, bolsas, percheros, cajas de cartón, de plástico. “¿Te vas de casa o vas a abrir un Cortefiel?”. Me ha gruñido y ha dicho que lo único que estaba haciendo –ya que yo no lo hago nunca, ha recalcado- es recoger la ropa de verano y sacar la de invierno. Acojonante -le he dicho-, ¡pero si no ha habido verano! Además –he continuado- con toda esa ropa podemos vestir a un autobús entero del Imserso camino a Benidorm y, con la de invierno, equipar a la expedición rusa al pilar oeste del Makalu. “No exageres, tenemos poca ropa. Y deja de joder, vete a ver el Giro de Lombardia”, ha sido su toda contestación. En Lombardia, iba escapado Tosato, pero lo que ha captado mi atención es el tema de la “poca ropa”. He pensado que igual el problema es que lo que es pequeña es la habitación y de ahí la impresión. O sea, que si sacáramos toda la ropa al aire libre sería poca, pero, al estar comprimida, parecía mucha, de ahí que haya imaginado que los hombres solemos ver la ropa como si estuviera encerrada y las mujeres como si estuviera en mitad del monte, lo cual lleva a que, en general, a ellas les llame más la atención comprar ropa que a nosotros, o al menos que a mi, que el otro día me tomé un café en un bar de estos de semi posmodernos y llevábamos todos camisas de hace 25 años, con la salvedad de que la única camisa que de verdad tenía 25 años era la mía, aunque nada como el bañador de mi padre, que este verano cumplió 40, el bañador. Eso estaba pensando justo cuando Cunego ha ganado en Lombardia y entonces he oído una voz que me gritaba ¡y a ver cuándo tiras este traje del Reynolds, que hace 20 años que no te subes a una bici! Tal vez tengamos que comprar una casa más grande.

20 octubre 2007

Soñando voy

Hoy tenemos la clasificación de la Fórmula 1 y mañana a las 5 empieza el Almería-Osasuna, el Bengoetxea-Mikel Goñi y a las 6 la carrera de Brasil. Pienso llamar a TVE o a alguna tele local a ver si me dejan meterme en los estudios, en una de esas salas que tienen muchas pantallas, para no perder detalle. Sin embargo –con todo el respeto para el resto- me paice a mi que la Fórmula 1 va a arrasar, vamos, que mañana a las 6 va a ser una hora muy buena para robar. Veamos, hace unas fechas comentaba que me encantaría que Hamilton se diera un guaskazo y no se lo dio, pero aparcó en la gravilla, en su primer abandono de la temporada, lo que dio pie a que un amigo me escribiera diciendo que a ver si también le deseaba lo mismo para Brasil al niño de la grua, porque me otorgaba poderes casi proféticos. Pues no, era un simple deseo. Y para mañana no deseo que Hamilton se estampe, ni mucho menos. Mi estado ideal –el nirvana ni se le acerca- para mañana a eso de las 8 de la tarde sería un 0-2 en Almería, victoria de Goñi –ya lo siento, Bengoetxea, pero cada uno tenemos nuestros ídolos- y Alonso primero, Raikkonen segundo y Hamilton tercero. Vamos, lo más cerca que iba a estar al gol de Aloisi, aunque aquello no tenga parangón. Y que enfoquen al padre de Hamilton, que no le quiten ojo. Y yo venga de comer aceitunas a dos mofletes en pleno éxtasis. Ya, ya, ya sé que hay muchos a los que Alonso no les cae bien, pero a mi me pasa al contrario, lo cual me lleva a esta ensoñación de resultado que le obligaría al niño a subir al podio mientras Alonso festeja. Pero para eso primero hay que pasar por la clasificación de hoy, que es decisiva. Mira, aquí no le hago ascos a que Hamilton se escache contra algo y salga el noveno o así. Puestos a pedir, ¿no?

19 octubre 2007

Más ritmillo

La gente tiene un morro que se lo anuda. Como una tal Rosa, que escribió una carta a este periódico hace unas semanas y que era una completa desfachatez y una sarta de mentiras. Además, al poco escribió otra desinformada apoyando las palabras de la Rosa dichosa. Decía la tal Rosa que los 20 segundos en verde que dura el semáforo de Conde Oliveto era poco tiempo para que los peatones puedan cruzar. ¡Una mierda así de alta, Rosa! Ayer mismo me sobraron 4 sin que me rebañara el culo ningún auto. Estuve haciendo series, con mi chándar. 16 segundos a sprint, cruzas, descansas los 90 que está en rojo y otros 16 a saco en el otro sentido. Así me hice 40 series. En la mediana estaba mi rival con unas esponjas mojadas en agua por si me entraba la necesidad, que me entró. Bien, vale, hubo un par de abuelas que las pasaron canutas y a poco las dejan ahí pisadas como a dos ectoplasmas, pero no es culpa del Ayuntamiento que las abuelas estén poco entrenadas o que lleven faldas de tubo, de ésas que para cuando mueves un muslo ya ha anochecido. Además, ¿qué coño tienes tú que hacer en el otro lado de la ciudad para querer cruzar Conde Oliveto? Quédate en tu barrio, hecha un mohín, que seguro que hay servicios y centro de salud, que lo queréis todo. O vete en coche, que es de lo que se trata, de consumir coches y gasolina. ¿Por qué no querrás que sean todos los semáforos como el de la calle Estella con el Corte Inglés, no? Dos carriles de nada que hay que cruzar y te dan 71 segundos, mientras que en Conde Oliveto te dan 20 para seis carriles y una mediana. Exigencia, ritmo es lo que nos hace falta, no ciudadanos galápagos. Y mira, Rosa, si no te da tiempo, vete a la calle Estella y ahí te das el gusto, pero no mientas. ¡Qué no da tiempo dice la tía! Adiós, me voy a entrenar.

18 octubre 2007

Jozelui

Estaba en el Café Pamplona –sí, ése que está en la Plaza del Castillo y que hizo famoso Hemingway, que traducido viene a ser El camino de Heming- leyendo en el periódico cómo iba Pandiani, el que juega en el Club Atlético Salud, cuando pensé que lo mejor era irme a la calle Calle Pequeña a tomarme otro café en el Catachú -sin K ni tx- mientras hacía tiempo para que viniera un amigo que estaba alojado en el Hotel Pamplona Park, ahí pegao a los Golem. Eso hice. Le pedí al camarero otro periódico para enterarme cómo bajaban de revueltas las aguas por el Polígono Vega Baja, ése en el que está instalada la potente empresa llamada Automóvil del Pueblo, la que fabrica el modelo Automóvil del Pueblo Polo. Mi amigo es uno de ésos de Pamplona de toda la vida, aunque ya no vive aquí, pero nació en lo más chic, en los chaletes de Sobre las peñas, ahí a la derecha de Ursulinas, desde donde se pueden ver los barrios de la Rosaleda y el del Alto de Aizpiltze, entre otros, además de adivinar el cauce del Río Espinal. Total, que llega mi amigo y le digo que, si le apetece, nos vamos a la legendaria churrería de la calle Lugar de Baños a por unos churros y, como no me entiende, le planteo que qué le parece que vayamos a ver la Selva del Helechal, que sé que le encanta. Como sigue sin entenderme, le mando a tomar por culo y me voy a coger una película al mítico videoclub que hay en la calle La Madre de la Fuente, enfrente del Hotel Ciudad de Pamplona y en el camino me paro en el Bar Tres de San Nicolás, donde veo un cartel que anuncia la Semana de la Tapa y pido “una cervecita pequeñita por favor”. Luego ya dejo de hacer el gilipollas estilo señora rubia rancia y llamo a mi amigo y le digo: “Miguel, ¿me perdonas?” Y él me contesta: me llamo Mikel. ¡Jodidos nacionalistas!

17 octubre 2007

Asco

Hay un blues muy famoso de Blind Lemon Jefferson que se llama Cuida que mi tumba se conserve limpia. Muchos artistas la han versioneado –entre ellos Lou Reed- y hasta El Maestro la incluyó en su primer disco. Supongo que los –prefiero no adjetivarlos porque luego dicen que escribo muchos tacos- que entraron el otro día en el cementerio de Burlada a patear cruces y lápidas no la han escuchado, pero ya tendrán tiempo. Como os van a pillar -porque os van a pillar- ya habrá ocasión. Y os van a pillar porque seguro que sois más de uno y cuando se es más de uno para hacer el cafre más tarde o más temprano alguno suelta una frase o pone una cara rara o hace el primo y se lo cuenta a más gente y lo que parecía el secreto mejor guardado acaba estando colgando de un hilo. Espero, también, que el solo pensamiento de que os van a pillar os ponga muy nerviosos y hasta os desquicie, fíjate. Porque el miedo es muy malo y hay que tener agallas para aguantarlo y seguir con tu vida como si no pasara nada. Pero pasa. Pasa que para mucha gente entre la que no me incluyo pero a quién le importa un cementerio es un lugar que les ofrece paz, recuerdos y una ayuda que ni vosotros ni yo ni nadie tiene derecho ni a criticar y, por supuesto, mucho menos a destrozar como si fuese una puta papelera. Así que soy uno de los miles que está ardiendo en deseos de que os pesquen, así tengáis 14 años y así fuerais puestos de lo que fuerais hasta los alvéolos. Si no sabéis beber o poneros, os quedáis en casa, asquerosos. Espero, también, que os metan en alguna tumba un par de días bien sobrios. A uno en cada cementerio perfectamente solitario que encuentren en Navarra, en la montaña o donde sea. Con aire, eso sí, para que no os pase nada, nada más allá del terror y la vergüenza. Qué asco de gente.

14 octubre 2007

Minipimer

He sacado a pasear a la perra de mi cuñada. Esta frase o está mal construida o, al menos, puede dar lugar a equívocos. Quiero decir que mi cuñada tiene una perra. Se llama Eki, como la cerveza, la perra, y la he sacado a pasear. Perfectamente se podía llamar Heineken o Budweiser, pero se llama Eki, igual por darle un cariz local. Ha venido también Figo, que es perro y muy moreno y tiene las patas cortas y por eso se llama Figo. Si fuese rubio y gordito tal vez se llamaría Mickey Rooney, pero no es el caso. Mientras ellos estaban husmeándose y peinando las cunetas he empezado a recordar nombres de bichos de mi entorno y me ha salido una lista hermosa: Galtzak, Perlita, Mixhina –no Mishima-, Knopfler- este era un pez del amigo Respecto-, Jack, Ready, Winston, Zuri bonita –no se llamaba Zuri, sino Zuri bonita- y, en la cúspide, decenas de gatos que durante años camparon en casa de la Eugenia y que atendían a nombres como Sue Ellen, JR, Apala y cosas así de la actualidad. Era curioso tener a Sue Ellen en las rodillas. Con Apala nunca hice buenas migas. Las vacas también tenían nombre, pero ahora mismo sólo recuerdo a una que se llamaba Montserrat. El talento de esa casa no tiene límites. Por eso he pensado que sería más justo que también hubiera carta blanca para nombrar a las personas y no sólo a los bichos. Ya, están los motes, pero no, porque al final el moteado se mosquea y acaba diciendo: me llamo José. Me refiero a que uno pudiera ir con total dignidad por la calle llamándose Minipimer, que no es más feo que Isidoro para un niño de cuatro años, aunque luego todo el mundo le llame Isi. Le llamarían Mini. Porque si el universo está en continua expansión no entiendo a qué viene tener que usar siempre nombres tan vulgares como José Luis, Mariano o Jorge.

13 octubre 2007

Al

Me acaba de llamar mi padre. Mi padre no me llama mucho, porque nos comunicamos por ondas telepáticas. Nos ahorramos una pasta. Con mi madre también me comunico así, pero aún con todo gastamos un dineral en teléfono, vete a saber el motivo. Pero esta vez ha llamado él, así que he supuesto que se trataba de algo realmente importante. Lo era. Me ha dicho: Jorge, siéntate si estás de pie. Ponte de pie si estás sentado. Papá -le he dicho-, abrevia. Bien, quería ser yo el que te lo dijera. Ahí va: tú primo Al acaba de ganar el Nobel de la Paz. Así que tendrás que comprar tú los langostinos para la cena de Nochebuena. Y ha colgado. Es que me aposté con Al a que no ganaba el Nobel ni de coña y él aseguró que sí, que iba a ser como el primo Ta, que tiene el de Literatura. Yo fui campeón navarro alevín de marcha –atlética-. Somos, como ven, una familia de éxito, pero no nos damos mucha importancia, para qué, porque al final sigue mandando la abuela, por mucho Nobel que se siente a la mesa. Entonces he hecho de tripas corazón –me alegro por él, pero lo de los langostinos es duro- y le he llamado para felicitarle. “Espero que esta vez no sea como cuando te llamé para felicitarte por lo de Florida y voy y compro los langostinos y luego tuve que tirarlos”, le he comentado. “No, esta vez es en serio. Pero mejor compra gambas. Hala, nos vemos”, ha contestado. Es una persona normal Al, no es de los más raros que tenemos en la familia. Mi primo Javi, sin ir más lejos, una vez se presentó en chándal en una boda. A las 7 de la mañana seguía bailando con su Adidas, tan dicharachero. Al, en cambio, es más sosangueras, pero seguro que se lía una gorda en Nochebuena, porque la abuela dice que no se merece el Nobel. No nos gusta mirarnos el ombligo. Preferimos mirar el de los demás.

12 octubre 2007

Sin duda

Se me ha colao una señora en el banco. Con una destreza que ni Hamilton ha enfilado la silla, se ha sentado y ha dejado el papelito con su número en la cesta. Ella tenía el 27, yo el 26 y el letrero luminoso lo ponía claro: número 26, mesa 2. Pero la señora era una profesional y llevaba el papelito arrugado y no se lo ha enseñado a la empleada, que la ha atendido ignorante de la ignominia que se estaba produciendo. He pensado: hay que tener muchas horas de vuelo para colarse con tanta habilidad. Yo me pondría rojo grave o me sudarían las manos o el ojo empezaría a pasar treintayunas a diestro y siniestro. Me sacarían esposado, por supuesto. A ella no, la han atendido a las mil maravillas y se ha ido con su ingreso hecho tan pancha, moviendo con salero sus setenta y pico años y maquinando, intuyo, porque colarse seguro que es adictivo. Luego he entrado en la carnicería y había cuatro señoras y he hecho lo obvio: ¿la última? Una mano pequeña y temblorosa se ha levantado y he esperado. La última ha estado del orden de 20 minutos comprando carne y analizando con el carnicero todas y cada una de las cosas que compraba, si es buena toma, si lleva vena, si suelta grasa. Ha impartido un clinic. Ha pedido la factura y le ha hecho un análisis profundo, hasta sintáctico. Entonces, por el rabillo del ojo he visto entrar a la señora del banco y al tiempo que la última se iba con sus seis vacas y varios terneros he ido a abrir la boca cuando la del banco ha dicho: sólo una preguntica majo: ¿esa babilla está tierna? El carnicero sabía lo que estaba pasando pero ha sido incapaz de contrarrestar la maestría de la señora, que, pregunta tras pregunta, le ha hecho la envolvente y ha comprado la jodida babilla antes de que yo pudiera salir de mi asombro. Son una raza superior.

11 octubre 2007

¡Qué va!

No recuerdo en qué película española uno de los protagonistas se hacía la siguiente pregunta: ¿a ver si es verdad que hay un Dios? Poco después, sufría un varapalo y se replicaba a sí mismo: ¡qué va a haber, qué va a haber! La primera frase la pronuncié ayer al leer que Torrens –Javier, no Cristina- había decidido no subir el precio del billete sencillo de la Villavesa, que está a la increíble cantidad de 1 euro. No me lo podía creer, semejante gesto de buena voluntad para con los que nos negamos a sacarnos la tarjetita monedero ésa o como se diga. Bueno, tampoco seamos pazguatos del todo, que conviene recordar que a la mágica cifra de 1 euro se llegó el año pasado desde los 0,86 euros, lo que supuso un record –supongo que internacional, mundial casi, interestelar quizá- en las subidas de los precios del transporte público. O sea, que subirlo este año otra vez hubiese sido ya de forajidos o de Los Apandadores. Pero, visto el panorama, que cuando menos te dejen como estás es ya un hito que no hay que pasar por alto. Así que decidí celebrarlo y, como no tenía nada más que hacer, me dije: ¡cógete una villa hasta la Rocha y luego te subes a pata, chaval! Eso hice. Me subí a una, pagué mi euro –los conductores están tan poco acostumbrados a memos como yo que te cobran con cara de no me hagas trabajar- y, no sé por qué, me puse a leer el billete. Y allí lo leí. Ponía: disuasorio. Resumiendo, que al billete sencillo lo llaman disuasorio, supongo que para disuadirte de que lo compres y en cambio te saques la tarjeta y te subas al tren de la modernidad. En lugar de llevar una leyenda que dijera algo así como gracias por financiar dos veces más que los demás el transporte público te llaman poco menos que atontao. ¡Qué va a haber, qué va a haber!

10 octubre 2007

Arcadas

Del vídeo de las Juventudes del PSOE para promocionar la asignatura Educación para la Ciudadanía deduzco que: 1) las juventudes del PSOE son unas maleducadas. 2) las juventudes del PSOE tienen la imaginación en la zona rectal. 3) el o los guionistas siguen creyendo lo mismo de lo que acusaban al PP: o estás conmigo o estás contra mi. 4) piensan que el mundo se divide en buenos y malos, progres listos y pijos tontos. 5) si no estudias esa asignatura jamás podrás aspirar a ser como Zerolo, Pajín o Chacón, que son lo más de lo más de superguays, supersolidarios, megaenrrollados y turbodetodo. 6) están convencidos de que la totalidad de la población es gilipollas de remate y se va a creer el vídeo apestoso de marras. Fíjense hasta qué punto me da repelús el topicazo ése que me da bastante más para atrás la repelente niña que acierta las preguntas que el del Lacoste (un recurso, el del cocodrilo gigante, ya utilizado cientos de veces con anterioridad). Vamos, que me iba de cañas antes con el pijo que con la otra. Esto es, que, al menos en mi caso, todo lo bueno que puede llegar a representar una joven informada, preparada y concienciada –que las hay y olé por ellas- queda eclipsado por un discurso maniqueo, burdo y tópico que ni educa y ni es ciudadano ni es nada, salvo una solemne mierda, aunque al presidente del Gobierno le haya parecido “simpático”, lo que demuestra el bajo nivel de exigencia humorística del soso este. Pero, con todo, lo más terrorífico es que alguno de estos que ahora son jóvenes nos mandarán de aquí a unos años –o los otros, que, para el caso, patatas- y seguirán creyéndose toda esta sarta de memeces de primero de básica y alguno hasta se acercará por aquí y nos dirá que Navarra será lo que nosotros queramos. ¿Me da un billete para Islandia?

07 octubre 2007

Ilusión

El mundo es una mierda, el clima esta desquiciado, tengo un trankazo espectacular –y, además, catarro- y, por encima de todo, hace años que Interviú lleva un plástico y, por tanto, hace años que no puedo ojearlo por la jeta, que es lo que se hace en las tiendas de revistas, ojearlas. E Interviú es una de las revistas más ojeables que conozco, por delante del Pronto, que es otra peazo de revista y que encima trae una separata con unas recetas de cocina excelentes. Pero lo de Interviú es terrible, un signo de que los tiempos cambian, y a peor, por supuesto. La presencia del plástico impide su disfrute sin necesidad de pasar por caja y tienes que fiar todas tus cartas a la portada, que ya saben que muchas veces son como los trailers de las películas, que sales del cine y dices: “me quedo con el trailer”. Con las portadas de Interviú pasa igual, que engañan, y lo que prometían se queda en nada una vez que la has pagado y has podido romper el dichoso plástico. Supongo que la causa por la cual llevan plástico es obligarte a comprarlas, pero al menos a mi me provoca el efecto contrario, que me niego a pagar así salga en la portada Cindy Crawford (qué mayor estoy, no conozco ni una sola top model actual) y así voy por la calle atento por si veo a alguien con el Interviú en la mano y le puedo pedir un vistazo. En la librería que tuve lo que hacía era quitarle el plástico a un ejemplar de cada una de las revistas que vinieran así. Luego vendía las plastificadas, pero al menos el consumidor sabía a qué atenerse, o si se iba a poder atener a algo. Las porno incluso las abría de par en par en la estantería. Creo que me perjudico a las ventas, pero tenía 2 o 3 clientes francamente fieles. Uno incluso llegaba por las mañanas antes que yo. Llevaba la ilusión en los ojos.

06 octubre 2007

Hamilton

Tal vez dentro de unas horas Lewis Hamilton ya es campeón del mundo de Fórmula 1, aunque el que esto escribe preferiría que Lewis Hamilton se hubiera empotrado contra el safety car (sin daños personales, por supuesto, a lo sumo una pala rota. O las dos) o, en su defecto, contra cualquier cosa móvil o estática. ¿Y por qué? Porque Fernando Alonso me cae de maravilla –desde el primer día y a pesar de los coros patrios en radios, prensa y TV- y, sobre todo, porque no soporto a los deportistas con padre incorporado, especialmente si tanto el padre como el hijo han dado reiteradas muestras de ser capaces de acuchillar a quien haga falta con tal de ganar e irse de rositas. Esos padres de sonrisa beatífica que miran embobados a sus retoños y que chupan más plano que sus propios hijos o hijas son lo peor del deporte, con diferencia, porque, además, en cuanto les veo me los imagino en su versión padre tirano chillándole al niño de 11 años que cómo es posible que haya fallado ese golpe o ese tiro o cualquier otra cosa. Lo siento, me los imagino así. Y el de Hamilton no es una excepción. Es más, ahora mismo significa el compendio de todos los padres patada que ha dado el mundo del deporte y que son un montón, desde el de Graff hasta los de las Williams pasando por el de Jelena Dokic, que es un cafre. Resumiendo, que sería muy feliz si el Hamilton no es campeón del mundo a estas horas y Alonso sigue teniendo opciones matemáticas de serlo en la última carrera en Brasil y al niño se le va poniendo cara de no entender nada y le entran los nervios y pierde el Mundial en Interlagos y se lanza a los brazos de papá con una llorera del carajo. Sí, es cierto, el baboseo entonces por aquí sería tremebundo, pero estoy dispuesto a pagar ese peaje.

05 octubre 2007

Sube el pan

Ha pedido el presidente de la Cámara de Comercio e Industria de aquí de Navarra –sí, ésa misma que te cobra si abres una tiendita de 10 metros cuadrados porque, según ella, te ofrece apoyo o similar. Más o menos como el que le da McLaren a Alonso vino a ser el apoyo en mi caso- que “la iniciativa privada” sea el motor de la construcción. A renglón seguido –esto es, después- ha aclarado que, total, que la casa sea construida por el sector público o por el privado es igual, “porque al final el precio para el consumidor es el mismo”. A raíz de estas palabras, que rompen todas las teorías económicas desde Keynes hasta Galbraith, se ha disparado el precio del trigo y ha subido el pan. Por tanto, si les cobran 95 céntimos por una barra que cada vez pesa menos la culpa no es de que los biocombustibles utilicen cereales para su fabricación o de la pujante clase media china e india o de la sequía en Australia. La culpa es de Javier Taberna, que abre la boca, sube el pan y todo queda en casa. Semejante afirmación no la apoyó en demostración numérica alguna, vamos, una chuletilla con la que nos hubiera podido explicar el por qué una vivienda libre de x metros vale 20 o 30 millones más que una vivienda protegida de idéntico tamaño y calidad. Claro, que tal vez Taberna a donde quería llegar es a que si no hubiera viviendas protegidas bajaría el precio de las libres, pero en todo caso no lo dijo así y, además, habría que tener la fe de 1.000 monjas para creerle o, directamente, no conocer en qué círculos se mueve el susodicho desde hace décadas, que no es precisamente el de los que tienen tienditas de 10 metros sino el de los que tienen promotoras y constructoras. Así que desconfíen –qué perogrullada, ¿verdad?-, que hay gente que abre la boca y se le ve el código de barras.

04 octubre 2007

El interné

Internet es lo que tiene, que deja más rastro que los caracoles (a ver si se anima algún valle a cobrar también los caracoles. Y luego seguimos con los patxaranes, las moras, los pámpanos, las avellanas y etc). Pero también tiene un peligro tremendo, porque lo que parece una cosa luego resulta que puede ser otra. O no. Viene esto al hilo de que cuando leí el nombre y los dos apellidos del recién nombrado –por UPN, en su mamoneo con PSN- presidente del Consejo Escolar ese nombre me sonaba, me retumbaba en los occipucios como te retumba algo que tienes que comprar en el super pero no te acuerdas. Hasta que, como siempre, cuando menos me lo esperaba, se me abrieron las puertas del cielo: ese nombre me sonaba de Internet, de leerlo en la página web del periódico que se edita aquí y que no es éste. Concretamente, lo había visto infinidad de veces en las opiniones que los internautas dejan sobre las noticias que aparecen en esa web, un hobby tan respetable como otro cualquiera y que muchos tienen, faltaría más. Pero el caso es que aquel nombre me llamó desde el principio la atención, porque firmaba sus opiniones con sus dos apellidos (la gente se busca motes, como, por ejemplo, Mefistófeles o McGyver) y, además, parecía estar bastante enterado de casi todo, era muy vehemente y, en muchos casos, tremendamente crítico y hasta exaltado con la labor de UPN. Incluso dejaba preguntas en los videochats. Nada extraño, que cada uno es muy libre. Pero luego resulta que a una persona con su mismo nombre y apellidos la nombran presidente del Consejo Escolar y me surgió la duda: ¿serán el mismo?, ¿seguirá el internauta opinando en esa web o frenará su logorrea digital?, ¿qué opinará de esto el recién nombrado?, ¿sabían en UPN algo de esto? Vamos, tonterías. ¿O tal vez no tanto?

03 octubre 2007

La cestita

Me he pegao todo el verano a Rolex, vistos los precios a los que están las setas –sobre todo desde que los de la Ulzama empezaron con el impuesto revolucionario-. Iba con mi cestita, mi navajita y venga de Rolex. Algunos eran de imitación, pero les di salida tan ricamente para los puestos ambulantes playeros. Son cojonudos estos de la Ulzama, ¿no les parece? Yo voy a hacer igual. El año que viene me pienso en de poner en la puerta de casa el 6 de julio y al que venga a meármela –la puerta- le pido el carnet. Si es de la Ulzama, 10 euros. Y si además quiere arregomitar, 20. Que empieza a entonar alegres canciones etílicas a las 4 de la mañana, 30. Hoy por ti, mañana por cojones. ¡Anda, que aún no he dicho ni hola! Pues hola, un inmenso placer otra vez, he de reconocer que ya lo echaba de menos. Es que para mi el de las setas ha sido el tema estrella del verano, ni El Solitario, ni los topillos, ni la investidura, ni Puras, ni Torrens ni nadie: las setas. Y eso que parte de razón no les falta a los de la Ulzama, pero no sé yo si es el modo, porque ya he oído conversaciones de barra de bar –ese Parlamento global- que anuncian que muchos se van a llevar la comida y la bebida de casa cuando vayan a coger y pagar las setas y ya me veo a los hosteleros regalando tickets para poder llenar la cesta y que el personal les consuma sus ricos condumios. Bueno, es lo mismo, tampoco es para tanto, que total el 90% de los que van son guipuzcoanos y los 5 euros que les cuesta es bastante menos de lo que nos cuesta aparcar en Donosti, el granizao y 10 o 12 pintxos con sus respectivos zuritos. Pero no me digan que por ello no dejar de ser triste que En Navarra tú ya no decides y que coger 10 kilos de setas le va a costar a usted lo mismo que a Pepe Blanco. ¿A que jode, eh?