29 junio 2008

Zihuatanejo

Como todos los años por estas fechas, la geina y yo... ¡Coño, otra vez se me ha cruzao el cable, jodida campechanía! Rebobino. Como todos los años por estas fechas, bajamos la persiana. Desde hoy esto se ha acabado hasta septiembre, siempre que la autoridad competente y la climatología no lo impidan o que a mi se me cruce el cable del todo y me vaya a Zihuatanejo con Tim Robbins y Morgan Freeman, que ya les tiene que ir el negocio bastante bien y quizá necesiten un periodista –pa llevar los cafés-. Me encantaría que todos tuviésemos un Zihuatanejo, donde encontrar de nuevo a los amigos a los que hace tiempo que no vemos y abrazarles, así, sin palabras, y sentarnos a la orilla del mar a tirar conchas o a meter las manos en la arena hasta que nos duelan las uñas y darles un capón y contarles alguna tontería de ésas que nos permiten tirar para adelante. Pero creo que no hay un Zihuatanejo así, porque si no sería un destino turístico del copón y para encontrar a tus amigos sería un jaleo, con la playa llena de gente metiendo las uñas en la arena como si fuésemos todos mariscadores. Se metería por medio Paco El Pocero, se llenaría de alemanes, subirían los precios y así de mal en peor, hasta abrirían una tele local. De modo que no pienso ir, que les den a Morgan, Tim y a Zihuatanejo, ya me buscaré el mío propio. Lo que no sé es por dónde empezar a buscar, aunque seguro que lo tengo delante de las narices. Supongo que todo está siempre delante de las narices y la gracia consiste en darse cuenta. Yo, de momento, que no es poco, de lo que me doy cuenta es que ha sido un privilegio, un año más, echar un rato por aquí con ustedes. Ya saben, disfruten y cuídense, que, como dijo aquel, cualquier día por encima del suelo es un buen día. Gracias. Un placer. Salud.

28 junio 2008

Pura vida

Aquí estoy, socio, sentado en uno de esos incómodos bancos de la plaza del Castillo, tratando de mantener rectas la espalda y el alma. Es imposible. La gente hace cola - “la gente lleva rosas, hace promesas a cada momento”- para ver los coches. Están contentos, y yo, aunque no me guste cómo se ha organizado esto y a costa de qué, también me alegro por ellos, porque sonríen, y porque ya no tengo fuerzas para meterme con nadie, estoy cansado, ser malo agota mucho, prefiero ver cómo sonríen. Como lo haces tú. Estoy blando, blando de cojones, pero así es la vida, ya irá pasando, pero ahora necesito irme de esta ciudad tan maravillosa y asquerosa que está a punto de estallar de felicidad. Tengo que irme, otro año será, lo estamos haciendo lo mejor que podemos, en serio. Tenía toda la intención de escribir la penúltima contra de la temporada tratando que fuera divertida, pero he entrado en Leoz y he visto tu sonrisa en la portada de Campo Base y me he acordado de que dijeron que El Maestro igual te mencionaba en el concierto del martes. Sabes igual de bien que yo que eso no iba a suceder jamás, que él no habla pero lo dice todo. Pero, ¿sabes?, yo sé que te dedicó una canción, lo noto y lo noté, aunque él nunca se lo vaya a decir a nadie. Te lo diré yo. Cantó Amor Bajo Cero/Sin Límites (“no ha de proclamar su lealtad, pero es sincera como el fuego y el hielo”), una de tus preferidas. Porque si alguien murió bajo cero y rodeado de amor sin límites, fuiste tú. Sí, sé que mucha gente anónima también muere así, pero perdónenme que, una vez más, piense en mi mismo. La cantó suave, Iñaki, muy suave, con cariño. Preciosa, increíble, qué te voy a contar que tú no sepas del cabrón ése. Veo tu sonrisa, veo la de la gente, cae una gota, tal vez sea mejor así, pura vida.

27 junio 2008

Ora-culo

Acaban de inaugurar un restaurante debajo de casa. Tal vez entre en el segundo semestre de 2009. Yo, lo que diga Solbes. Sí Solbes –Pedro Insolbente- y su ojo clínico dicen que en el segundo semestre de 2009 vamos a dejar de desacelerar –jodida Alonsomanía- y que a partir de entonces ya podemos volver a gastar como si fuéramos de nuevo ricos, lo haremos. Claro, que a lo mejor, como ya somos ricos otra vez, el restaurante, en lugar de tener el menú a 12 como ahora, lo sube a 14, porque también lo ha subido el de al lado o porque el casero les ha subido el alquiler o porque Solbes y su ojo –se sigue la gracia porque no fue grave, no crean- aseguran que vienen buenos tiempos. Me asusto mucho cuando nos afirman que llegan buenos tiempos, sé que es positivo –supongo-, pero eso no me tranquiliza. Si no fuera porque en los malos hay más gente parada, preferiría estar permanentemente instalado en la desaceleración. ¿Y por qué? Porque para mí –advierto que suspendí Economía en la carrera. Luego aprobé. No recuerdo ni una coma. Cosas del cerebro, que es selectivo- que las personas, así en conjunto, no sabemos gestionar bien del todo la alegría, el bolsillo lleno. Es como gestionar el ocio, que hay millones de personas que, como no saben, no paran de trabajar, aunque no les haga falta, y si tú trabajas algo menos –algo menos que un minero de Bristol en 1770-, te llaman vago. Una enfermedad como otra cualquiera. Pues a muchos nos pasa con la abundancia –sería mejor decir la falta de carencias-, que es oír que esto va mejor y creérnoslo. ¿Mejor, para quién? No sé, es complicado, por eso lo suspendí. No obstante, me da a mi que 12 euros de hoy van a ser más fáciles de conseguir que 14 de dentro de un año, así que me bajo a comer. Ustedes coman en casa, tacaños, desaceleraos.

25 junio 2008

Escuchar

Tengo un amigo que hoy no va a poder escuchar el partido de España. Verlo sí que lo va a ver, pero, escucharlo, no. Y no es por que, como me pasa a mi, le den repelús los comentaristas de Cuatro y quite el volumen, qué va. Es que mi amigo es sordo, de nacimiento. Somos vecinos –valle con valle- y a mi me jode bastante que mi amigo, que tiene 15 años –uno tiene los amigos de la edad que le da la gana-, no pueda sentir igual que yo la emoción de no sólo ver un gol de tu equipo, sino también la tan intensa sensación auditiva y emocional –para mi, más que la visual- que produce oír tronar las gargantas ajenas estallando de alegría y liberación -¿se imaginan en la plaza del ayuntamiento el 6 de julio, con el pañuelo en alto pero no poder escuchar el San Fermín, San Fermín previo a las 12?-. ¿O no poder deleitarse con el maravilloso himno ruso, que hasta entran ganas de que ganen? Pero, más que eso, me jode que, mi amigo, para poder aprender a hablar, a estudiar, a, en definitiva, progresar, se haya tenido que ir fuera de su tierra, esta tierra tan, en teoría, rica en oportunidades. Y es que el Gobierno de Navarra “no contempla” su caso, porque a mi amigo el implante auditivo no le sirve de nada y, él, o aprende lenguaje de signos en un colegio especial para sordos o no podrá ser algo en esta vida, al margen de una buena persona, que, al 99%, es lo más crucial que se puede ser, por otra parte. Pero tiene derecho a ése 1% restante, de la misma o más manera que la tienen los que piden Modelo D, British o Búlgaro. Es más, tiene más derecho, porque es más importante aprender a hablar –así, en general- que aprender a hacerlo en un idioma concreto, sea éste idioma el que sea. Es duro ser sordo, pero más ver cómo otros, al menos hasta ahora, se hacen pasar por sordos.
Cara B

Pasadito ya el concierto de su deidad ayer por la noche y del otro muete este último domingo, alabados –un poquito, un leve roce- nuestros poderes públicos por, al menos, gastarse nuestra pasta no sólo en San Francisco Javier y sus centenarios y costosos aniversarios o en tirar palante con Gendulain –o Guindarlain, de guindar- haga o no falta pero por nuestros huevos –y los de nuestros promotores, amén-, llega el momento de poner el grito en el suelo y pedir que, de una puta vez, el rock en esta tierra sea reconocido como lo que es, un hecho social con más de 50 años de vida y que ha movido, mueve y moverá bastante más cultura, literatura, diversión, reflexión, dinero y, en general, crecimiento, que cualquier otra arte, interprete los temas Dylan o los pamploneses Skalariak –por poner un solo ejemplo de una larga lista-, vetados el año pasado del programa de San Fermín por este mismo ayuntamiento que ahora va de rockero. El problema de las mentes estrechas es que en cuanto ven una k en un nombre se les aparece Lucifer y lo que puedan hacer –censurar, molestar, zancadillear- lo llevan a cabo sin ningún pudor, al tiempo que luego se sacan la foto con Dylan y Juanes. ¿Qué lugar ocupan los grupos navarros en los conciertos del Día de Navarra? Un lugar residual. ¿Qué lugar ocupa el rock en el Consejo de Cultura ése? Ninguno, nada, cero, pero luego a Corpas se llena la boca con Dylan y su poesía, claro, de cuando corría delante de los grises. Ahora, los grises, los tristes, sois vosotros, porque por vuestra cerrazón mental tratáis de que nadie se salga de la fila y, si se sale –el ancho de la fila lo marcáis vosotros-, intentáis arrinconarlo y revolcar su nombre por el fango. Y el rock es mucho más que eso, es alegría, la que vosotros no tenéis.

20 junio 2008

Gen de más

“Nunca me acostumbré a jugar en Italia. Era como estar en un país extranjero”. Esto es muy cierto, si lo hubiera dicho Totti o Roberto Baggio. Pero lo dijo Ian Rush, que era galés. La frase, en sí misma surrealista, encierra, no obstante, toda la verdad, la diga Totti o Rush: Italia es un país extranjero, incluso para los propios italianos. Los del norte se creen que viven en Suiza –vamos, como aquí les pasó a Urralburu y Aragón- y los de sur están más cerca de Grecia y de la mafia rimbombante, estilo Estepona o Marbella. Los del norte odian a los del sur por pobres y sucios y los del sur a los del norte por estirados y ricos. Nadie soporta a Berlusconi, pero gana, y de vez en cuando tienen gobiernos de cinco partidos a la vez en los que unos veneran a Celentano y otros a Paolo Conte. Hay tantas Italias como Españas, pero se ponen a jugar al fútbol y ahí se acaba la diferencia. Jueguen mal o bien, al ataque –pocas veces- o a aguantar, los italianos tienen un gen que aquí, se diga lo que se diga, no hay, un gen que gana partidos importantes. Es un gen que más o menos vendría a ser algo así como a mi mi hermano de cae de pena, pero como le mires mal te parto la cara. Aquí, si vienen bien dadas, todo es perfecto, pero en cuanto la cosa se tuerce un poco ese extra necesario es casi milagroso que surja, no tanto por falta de ahínco como de saber superar adversidades, que es un talento tan importante como el de no verse envuelto en ellas. Así que a Italia o se la machaca o a los puntos siempre te ganará ella, te dejará con una ceja abierta, le guiñará el ojo a tu novia y vete a saber qué más. Yo, a pesar de la basura periodística de Madrid, prefiero que gane España mil veces, pero si gana Italia al menos me quedará el consuelo de que tienen un gen de más.
Bendito calor

Me acabo de cruzar con Peter O’Toole. Ya saben que Peter era un gran bebedor y que él, Richard Burton y Richard Harris, según cuenta la leyenda, se emborracharon una vez en un submarino, no sé si en un submarino que era escenario de una de sus películas o simplemente una atracción cercana. El caso es que se cocieron como boas. A lo que iba, me he cruzado con Peter, le he visto con la lengua fuera –no al nivel del cantante de Kiss, pero casi- y le he ofrecido un Jack Daniel’s, pero toda su respuesta ha sido: agua, dame agua, puto gafoso. He supuesto que era porque hacía calor, aunque yo no lo sienta. Yo es que soy un superhombre, o un superhermafrodita o un guisante de Mendelson -el científico, no el músico-, pero calor no tengo, sólo algún poro que lixivia. La culpa es de mi padre. Mi padre, en julio de 1983, poco antes de que Ángel Arroyo –bendito seas- ganara la cronoescalada al Puy de Dome, me intentó matar, no con sus propias manos, pero sí con sus piernas. A mí y a mi hermano. Esa tarde, nos subió a mi hermano y a mí a Muskilda, que es una virgen que hay en Ochagavia. Y nos subió por la carretera, andando, claro, dos o tres horas a 40 grados a la sombra y unos 50 al sol, nada que ver con lo de ayer. La brea se nos pegaba a las zapatillas como se te pega un chicle al culo si te sientas en una silla. Ese día no morimos y nos dimos cuenta de que nuestro padre, en lugar de querer matarnos, nos quería hacer más fuertes. Gracias padre, porque, desde entonces, somos inmunes al calor y niños –siempre lo seremos- que, con todos sus defectos, no lloramos por cualquier cosa. Ojalá los padres de ahora sean como tú. Un mes después de tu cumple, cuando no te pude felicitar ya sabes por qué, te doy las gracias por eso y por mucho más. Gracias por tu calor, bendito calor.
A la mierda

Pere Navarro, el director general de Tráfico más egocéntrico de la historia –aquel a cuyo chofer, con el Pere dentro, dentro del coche, pillaron por encima de los límites de velocidad-, se ha vuelto a sacar del coxis una de sus brillantes ideas y ha anunciado que están estudiando que los menores de 18 puedan conducir coches, siempre y cuando estén acompañados por un mayor de edad, que, perfectamente, podría tener 18 años y un día. Es obvio que hay personas de 16 años bastante más sensatas, habilidosas y prudentes que muchos de 60, pero es que lo de este país es de vergüenza. Resulta que yo, mayor de edad, inconsciente con mi propia salud y fumador, tengo que andar entrando en los bares y pedir a los camareros que le den al botón del tabaco para que los menores de 18 no fumen, porque es malo para ellos, y ahora igual les dejamos tener entre las manos un arma –un coche es un arma, menos cuando está quieto y a veces ni eso, como tristemente sabemos por aquí- con la que no sólo se puede matar él sino que se puede llevar por delante a unos cuantos más, y no a base de millones de caladas si no de medio segundo de despiste o de seis litros de kalimotxo. Acojonante. Por mi como si ponen la mayoría de edad a los 6 años, pero si está para una cosa que esté para todo y no rebajarla ahora porque así igual se venden más coches y se revitaliza la economía –es otra de las razones-. Joder, pues para eso permitir la venta legal de heroína, la trata de blancas siempre que las blancas quieran, vender bazokas en las ferreterías y que se puedan abrir bufetes de asesinos a sueldo, todo sea por la economía, esa gran perra. Y la gente criticaba a Rajoy porque no le preocupaba el calentamiento global. ¿Y al tarugo de Zapatero y su cohorte de progres de salón? Iros a la mierda fermentada.

19 junio 2008

En el Anaita

Poco puedo añadir al magnífico texto que ayer escribió Alicia Ezker acerca del cambio de ubicación del concierto de Dylan. Mi incondicional amor por este hombre no depende de si actúa ante 80.000 o ante 100, porque, si puedo, le seguiré hasta el fin de los veranos. Aunque me dé pena por ellos, no me hundo por el varapalo que se vayan a llevar los promotores, aunque sé que esto les apartará de jugarse el pellejo con nombres no tan comerciales o juveniles. Sé que hay muchos factores –martes, crisis, que Dylan, comercialmente, no es los Stones, ni Bruce, ni Shakira, ni Mecano- pero el que no me trago es el de los 53 euros. Sé que es caro –Bruce vende la más barata a 61-, pero no me vale que se diga que Dylan tocó hace dos años gratis en San Sebastián. Mentira. A Guipúzcoa aquello le costó 100 millones de pesetas, pagadas entre todos. Pero, sabiendo como sé que 53 euros es una cifra respetable, conozco miles de personas que viernes y sábados se van de cena a como mínimo 30 más IVA, se aplican 6 potes a 6 cada uno, se ríen y lo disfrutan. O los que se compran un pantalón de a 150 y lo lucen orgullosos. Me alegro por ellos. A mi los 53 euros de Dylan me van a alimentar el espíritu y vestir el alma durante meses y respeto mucho que cada cual se gaste su dinero cómo le pete. Pero luego que nadie se queje de que aquí no viene nadie. La calidad en la música, como en la ropa o en la comida, se paga. Lo que no se paga, no merece el honor de ser contemplado. Y otra cosa, si en otras ciudades es más barata la entrada de Dylan es muy sencillo por qué: las administraciones o entidades financieras ponen más dinero que aquí. Así de simple. Ojalá no hubiera que poner nada, pero entonces sí que no vendría ni Dios. Bueno, no, si viene, el próximo martes. Nos vemos en el Anaita.


18 junio 2008

Santo Adoquín

Ya decían aquellos parisinos de mayo del 68 –el mes posterior a abril del 68, que fue lluvioso, de ahí la mala ostia- que bajo los adoquines estaba la playa. Como con casi todo, se equivocaban, porque aquí sabemos mejor que nadie que bajo los adoquines está la loseta. Menos en la parte derecha según se sube Santo Domingo, desde más o menos la casa en la que nació Turrillas –aquel que copa el Billboard pamplonés del 6 al 14- hasta pasada la librería Abárzuza. Debajo de esos adoquines, lo que hay es peligro, debajo y encima. Se les llena la boca a algunos con el encierro y la seguridad y la masificación y la resina y los Red Bull y todo eso y resulta que esos adoquines en impresentable estado ahí siguen, aguardando con total calma que las buenas gentes que corren en Santo Domingo por el lado derecho y que también se retiran de la carrera por ese lado a menudo ciego a las cámaras de televisión se tropiecen 3 de cada 4 carreras. Hay, en concreto, una tapa de alcantarilla en la que medio metro antes, donde comienza el cemento tras el adoquín, puedes meter sin esforzarte mucho las obras completas de Corín Tellado y Zane Grey. Ahí cabe un nativo de Iowa con sus 120 kilos. Utilizo este espacio porque ya sé que el Ayuntamiento ha pedido a los ciudadanos que envíen imágenes de los desperfectos que puedan ver en la ciudad, pero como yo siempre que saco una foto meto algún dedo de la mano izquierda sin querer en el visor pues he preferido hacerlo así. Además de que si algún técnico se asoma al balcón lateral lo podrá ver personalmente con sus córneas. Os vais a echar una cafeto al Orbela y de ahí no hay ni tres pasos. Ésta es mi foto impresa. O lo arregláis para el 6 o seréis responsables de muchas de las cosas que sucedan en ese tramo, adoquines nuestros.

15 junio 2008

¡Gora Irlanda!

La semana pasada trabajé 130 horas. Las otras 38 las empleé en: 2 horas de sueño diarias por 7 noches (14 horas); desayunar, comer, cenar y aseo (10 horas); buscar drogas ilegales sin receta para mantenerme despierto (6 horas); y, por último, 8 horitas de nada que pasé en Urgencias por unos espasmos. He llamado a mi jefe y le he dicho que ya que 130 es el doble de 65, la semana que viene, si a él no le parece mal, va a ir a trabajar en mi lugar algún ministro de la UE, a lo cual, muy correcto, me ha contestado que le parece muy bien, que lo importante y lo primero es la salud y estar con la familia. Me ha dicho que puedo estar con mi familia por lo menos hasta el 2041 y que, cuando tenga tiempo y me venga bien, que pase por la oficina y recoja todas las latas de Red Bull vacías que debí dejarme en algún cajón –ayer saqué toda la ropa de verano, la guardé, saqué la de invierno, la de primavera y preparé 16 tuppers de albóndigas-. Esto es, que, técnicamente, estoy en el paro, aunque acabo de escuchar a algún baranda de mi pueblo decir que estamos con pleno empleo. Ya lo creo, 65 horas semanales –con el beneplácito del trabajador, eso sí, je-je- son un pleno empleo que te cagas, te dejan bastante espacio para tener una vida plena, del trabajo a la cama y de la cama al trabajo, algo así como lo que les sucede a los ministros de la UE, que van del trabajo a la cama y de la cama al trabajo, aunque me da a mi que muchos usarán distintas camas, bastantes, vistos los sueldos que cobran y que permiten ir variando camas y también las siluetas cercanas que ocupan esas camas junto a los señores ministros. Me bajo al irlandés que tengo debajo de casa a besarles a todos ellos uno por uno y a escuchar ese bonito tema de Van Morrison que dice ni gurú, ni método, ni profesor.

14 junio 2008

¿Escasez?

Echo de menos la huelga, esos claros que contemplé la otra mañana en mi ultramarinos, concretamente en la sección de lomo, pechugas, delicias de pollo y pizzas. De haber durado la cosa algo más, esta sensación de amplitud se hubiera extendido como un bálsamo visual hacia los estantes del atún, los garbanzos, las magdalenas, el café y habría dado la vuelta y habría seguido por donde el aceite, los yogures, las bolsas de basura, la lejía y, finalmente, hasta esos expositores que siempre están colocados cerca de la caja para que piques unos chicles, unos pistachos o unas pilas. Por no quedar, no hubiesen quedado ni bolsas de plástico, y esas dependientas tan simpáticas que nos atienden se habrían acercado a Arrasate o a Taberna a tomarse un café con los carniceros de su izquierda, el chaval de López, el frutero de mitad de San Antón y Mikel, de colchonería Purroy, hablando de sus cosas y mira, por fin parece que sale el sol y yo esta tarde me voy un rato a pasear, que no sabes lo bien que sienta pasear una tarde de junio mientras el resto del mundo trabaja. No hubiese pasado, sencillamente, nada, más que durante algún tiempo no habría qué vender, qué comprar y de qué preocuparse, porque seguro que a última hora algunos tipos sentados a una mesa de Madrid habrían solucionado lo que ni siquiera tendría que haber empezado. Hubiésemos comido lo que teníamos por casa o, de no tener mucho, hubiésemos comido menos. Esta táctica la llevan probando en África durante milenios y no tienen obesidad infantil y en cambio sí cuentan con unos atletas de primer nivel. Tampoco es cuestión de copiarles, pero al menos unas veces al año no nos vendría mal un poco de escasez para poder valorar de verdad esta abundancia tan obscena que es mucho más dañina que una simple y justa huelga.

13 junio 2008

Calles coloridas

Al parecer, ya que los manifestantes impiden el paso de camiones y que las empresas ya han optado por las furgonetas, preferiblemente esas míticas Volkswagen Transporter y Volkswagen Westfalia que hicieron furor en ésos hippies de los 60 que ahora se sientan en los consejos de administración –si un piquete ve una camioneta de éstas llenas de flores pintadas seguro que piensa: nada, algún colgao que viene a ver a Dylan. O a la feria del Cannabis. Que pase-, el Ayuntamiento de Pamplona, no contento con traer a los Red Bull dentro de dos semanas, se ha hecho con los servicios de un afamado piloto a fin de, entre otras encomiendas, no quedarse sin tóner para imprimir sus notas de prensa, como ésa del miércoles en la que anunciaban que ellos y los comerciantes -¿quedan?- iban a organizar actividades para impulsar un comercio vivo y calles animadas. El piloto elegido, como no podía ser de otra manera, es Nelsinho Piquete, también conocido como Nelsinho Paquete o –esto ya es mala leche- Tamara Falcó. Nelsinho, a los mandos de su R28, lleva dos días haciendo repartos y cuenta con el bulo barcinal para no pagar la zona azul, que no en vano es el color de su escudería. Anteayer lo tuvieron que sacar del escaparate del Bar Sol –se cegó- y ayer, al tomar la curva de entrada a calle Nueva para llevarle a la alcaldesa una explicación de cómo ingeniárselas para que Na Bai no tire este año el chupinazo, derrapó, pegó contra la puerta del Utopía –que es lo que viene a ser lo de las calles animadas-, se aplicó tres absentas y escribió en el panel de libre expresión de San Francisco: esta ciudad es un puto caos circulatorio. Me voy a La Morea. Algunos rumores dicen que la alcaldesa suspiró y dijo: ya sólo nos queda Oraintxe. Lástima que sean unos rojeras. Claro, de Ferrari.

12 junio 2008

Miembra

Aido –Aida en su acepción femenina- quiere introducir la palabra miembra en el Diccionario-a de la Real Academia-o de la Lengua-o, para distinguirla de la palabra miembro, que es como más fálica, la palabra, no la ministra, aunque quién sabe. Yo, cuando pasan estas cosas, me divierto. Un montón porque, además, siempre me viene a la memoria la respuesta que dio Gloria Fuertes, homosexual feminista, cuando una periodista le preguntó por qué prefería que le llamaran poeta antes que poetisa: porque la palabra es más bonita y porque, encima, poetisa es una mariconada. Todo lo que sirva para que el personal sea más respetuoso con el lenguaje, más cabal en sus relaciones entre sexos y en igualdades y tal –igualdad y paridad no es lo mismo, de hecho la paridad es un gravísimo error, es como hacer que en un equipo la NBA jueguen todos los mismos minutos como si se tratase de uno de minibasket de niños o niñas que están aprendiendo- siempre me parecerá maravilloso, aunque el camino a recorrer siga siendo largo, básicamente porque generaciones enteras aún llevan el lastre de los 40 años que anduvo por aquí el invicto y los que vinimos después algo de sedimento todavía teníamos, aunque pongamos lo mejor de nosotros y de ellas para que vaya desapareciendo. Es como esa gilipollez que dijo la vicepresidenta calificando la vuelta al trabajo de Chacón a los 40 días de dar a luz como un ejemplo. Yo, decisiones personales no valoro, que es su vida, pero de ahí a ponerlas como ejemplo media un abismo que no hace ningún favor a las mujeres, que tienen bajas maternales de mierda comparadas con el resto de Europa. Trabajen en esa línea, déjense de fotos de ZP sólo con las ministras como si fueran animales de feria y no nos toquen el miembro, ni a ellos ni, sobre todo, a ellas.

11 junio 2008

Mi hermana

En mi casa estamos tranquilos, rozando la suficiencia, el insulto. Somos como esas familias que pasean unidas y, a nuestra vista, parece que mean colonia y que nunca tienen el fregadero sucio, que en cuanto les surge un problema que nunca jamás les surge reaccionan y viven entre sábanas de seda y Héctor o Borja descansan bajo un edredón de Goofy, lo que siempre, invariablemente, es mentira, porque, ya lo dijo Televisa, los ricos también lloran. Eso, ahora mismo, me pasa a mi. A mí y a mi tía y a mi abuela y a mi madre y a mi hermano y a las amigas de mi hermana. La culpable es mi hermana. Contemplo a esos pobres diablos llenar sus carros y me dan lástima, lástima porque no son amigas de mi hermana. A mí, como a Manu Chao, también me llaman el desabastecido, pero, teniendo esta hermana, eso del desabastecimiento me parece una minucia. Mi hermana, al margen de huelgas, es, en sí misma, un acopio. Tiene zumos para dar de avituallar al Caisse de Epargne en todo el Tour, es capaz de mantener el asalto de El Álamo sin un asomo de hambre de cualquier clase. Abrir su frigorífico es fácil, lo difícil es cerrarlo sin que te salte un ojo la cerraja. Posee latas de bonito que harían palidecer a las que se llevó Admunsen. Es, en definitiva, un Mercamadrid. De ahí que nosotros os contemplemos, pobres gentes, con un punto de misericordia cristiana o atea o lo que sea, porque sabemos que os hace falta un bote de Orlando para echar a los macarrones o un poco de aceite para aliñar la ensalada. Os comprendemos, estamos con vosotros, pero tened en cuenta que la vida, en último término, es lo que cada uno se inventa, y que si mi hermana ha decidido que le merece la pena tener en casa una lata de garbanzos que caduca en el 2015, es problema suyo. Gracias hermana, te quiero.

08 junio 2008

Poder

Ayer, en uno de esos giros del destino, metí la mano en el bolsillo interior de una zamarra que hacía tiempo que no me ponía –visto el tiempo que hace, he pedido, ya de paso, la nacionalidad islandesa. Ya se me está aclarando el pelo- y, oh milagro, me encontré con un billete de 100 euros. Cómo llegó a parar ahí, ni idea, porque hasta entonces no había visto un billete de 100 euros ni en Google Images. Total, que como últimamente estoy hecho todo un cabronazo, en lugar de gastarme los 100 euros en titos y así inyectar liquidez en la economía vecinal, pues me compré unos cuantos barriles de petróleo. Ya sabrán que el barril clásico, dependiendo de la densidad del petróleo, pesa entre 120 y 150 kilos más o menos. Yo ésos no me los iba a comprar porque el miércoles estuve en mi masajista –la de doler, no la de qué bien me he quedao- y me tiene terminantemente prohibido coger pesos, al margen de que con 100 euros sólo me llegaba para uno –ponme un barril de petróleo, tres barriletes y un flash de limón-. Así que me decanté por estos nuevos modelos de barril de petróleo para especuladores principiantes y que son del estilo de esos de 5 litros que sacó Heineken. Te los venden en el banco, directamente, sin protocolos, sin caretas. Y aquí los tengo, delante mía, los seis barriles alineados en la balda de los libros gordos –esos de fotos de guepardos y tal- y a cada hora que pasa y me meto en mi broker online gano pasta, es una sensación indescriptible, entiendo a Warren Buffet. Ya he ganado 12 euros en apenas un día y tengo controlados todos los mercados desde Yakarta a Winnipeg. Con lo que saque de la venta de tres barriles igual bajo al súper, me pillo 10 kilos de arroz y a seguir esperando a que todo se siga yendo a tomar por culo. Voy a encenderme un puro, qué coño.

07 junio 2008

Chuck

Llevo frotándome las gafas desde hace un buen rato y cuando una de las patillas ha hecho crack he seguido con los ojos y ahora tengo ambos fuera de las cuencas metidos en un vaso con manzanilla para ver si se les pasa el enrojecimiento: Chuck Berry actuará en Pamplona el 12 de julio. Sí, sí, señoras y señores, ése Chuck Berry, ése, no es un clon, el mismo que estuvo en la cárcel entre 1959 y 1963 por tráfico de menores con fines encaminados a la prostitución –él siempre lo negó- pero que, por encima de todo esto, es considerado el verdadero padre del rock and roll o, al menos, el que mejor y más lo impulsó o resumió desde 1955 hasta 1960, con temas como Maybellene, Roll Over Beethoven, Rock and Roll Music, Sweet Little Sixteen o Johnny B. Goode. El tipo que inventó el paso del pato, el tío Chuck. Y va a venir a Pamplona, eso sí sus 81 años se lo permiten, que seguro que sí. Alucinante, a este ritmo nos vamos a convertir en Las Vegas del Alto Ebro. ¿Recuerdan el maravilloso baile que se marcaban Uma Thurman y John Travolta en Pulp Fiction? Pues ese You never can tell también es de Chuck Berry, al que ahora mismo contemplo en una actuación de hace apenas 2 meses marcándose el paso del pato mientras el público se vuelve loco. Joder, tiene más energía en el dedo meñique que todos los integrantes de todas las ediciones de OT juntos. Así que, por una vez, habrá que reconocer que el encargado o encargada de hacer la programación cultural de San Fermín ha tenido un acierto. No sé quién más actúa porque ha sido ver impreso el nombre de Berry y nublárseme la vista, tanto que he tenido que ir a su web oficial para corroborar que sí, que viene el 12 de julio a la Plaza del Castillo. Por mi como si el resto son Enrique y Ana y King África. Chuck Berry, increíble.

04 junio 2008

Ya vale

Me estoy recuperando del impacto auricular que me supuso escuchar a la consejera Alba -presiento que tras la noche vendrá la noche más larga, y tanto- decir que el tranvía tiene un “impacto visual negativo”. Y mi pregunta es : ¿y? ¿No tiene un impacto negativo que aquí hasta el más tonto tenga coche, que lo coja para ir de lo Viejo a Jesuitas, o de San Juan a Larraona, o de la Milagrosa a El Sadar? ¿o que haya gente que aún queriendo usar el trasporte público bosteza en las marquesinas y acaba yendo a morir al palo porque su línea de villavesa pasa cada 15 minutos o incluso cada 30? ¿eso no es un impacto negativo o qué coño es? Miren, déjense de encargar estudios de esos de a 25 millones de pesetas con los que luego se limpian el trasero cuando se les acaba el rollo de El Elefante y cojan el toro por los cuernos y el coche por los tapacubos. Hagan algo y ya, y no planteen la empresa de trasporte público urbano como hasta ahora, como una empresa que tiene que dar beneficios, sino como lo que tiene que ser, un servicio de máxima calidad que generé pérdidas pero incontables beneficios para nuestra salud, nuestra vista y nuestra vida, que ya vale de tanto número y tanta mierda. ¿Se da usted cuenta que empezó a llover el 19 de marzo y salvo 6 o 7 días aquí no ha parado y tenemos tormentas de las que antes había como mucho en agosto, o es que no sale usted de su despacho?, ¿sabe usted que seguramente pagaré más factura de gas en julio de la que pagué en mayo? Usted no tiene la solución al calentamiento global, pero sí la obligación moral absoluta para con los ciudadanos de dejarse la piel, así que piense, discurra, trabaje y si no encuentra una salida, no pasa nada, váyase a su casa, que aquí no hay nadie indispensable. Como hasta ahora bien ha demostrado usted.
Camisetas

He dicho más de una vez que soy un tipo de costumbres. Una de mis costumbres más arraigadas, y que tanto le irrita, con razón, a la santa de mi rival, es mi fobia absoluta por la ropa. Mi sistema es el siguiente: uso cada semana 7 camisetas y 7 camisas –aunque haga 30 grados siempre uso camiseta, como Brando, aunque con menos bíceps, y menos hijos ilegítimos-. Con este sistema, lo que sucede es que, al final de la semana, lo que estaba arriba en el armario sigue estando arriba en el armario, con lo cual la pescadilla que se muerde la cola es obvia. Fruto de esto, por mucho que mi familia o mi rival, que tanto me quieren, me regalen algo, al final siempre llevo lo mismo, así se caiga a pedazos. De esta guisa iba ayer cuando una mujer, observando mi anorak naranja, me preguntó, con toda su buena intención, si era de Telefónica. Ignoro si los de Telefónica van de naranja, o incluso si van de traje, pero, ya que estaba ahí, le dije que sí, que de Telefónica o de lo que le hiciera falta. Total, que a la señora, a que le daba lo mismo que yo fuera de Telefónica o del Politz Buró, no tardó un segundo en mandarme a hacer viento, viendo como veía, aunque fuera a su peculiar manera, que mi único interés era darle el sí de los tontos. Les cuento esto para que vean que nada es lo que parece y que, aunque parezca mentira, la gente que menos te esperas que es capaz de ver la realidad tal y como es, en algunos momentos tiene la sensatez de dejarte claro que no te necesitan, que lo que añoran es alguien capaz de reconocer que si no nos hemos vuelto todos locos es por una simple cuestión de suerte, de tener camisetas o un ángel que nos protega de esos peligros que cualquier día, con o sin motivo, nos llevarán a eso que, pomposamente, llamamos la locura.
Pareja de hecho

Dice Caballero, Caballero, Caballero, Ponche Caballero que UPN no baraja la posibilidad de que el PSN se integre en el Gobierno. Katharine Hepburn y Spencer Tracy tampoco barajaron jamás la posibilidad de casarse pero pasaron 25 años de su vida juntos y enamorados sin problema, lo que nos demuestra que, por mucho que digan, a UPN tampoco le va tanto eso de la familia tradicional y que un buen amante, si es fiel, leal y honesto, es tan valioso como un esposo con papeles de por medio. Hepburn y Tracy no se casaron porque no les hacía falta y porque ya sabemos que cualquier boda, por modesta que sea, siempre trae algún gasto. Si UPN y PSN formalizaran –en San Nicolás o en la Ciudadela- su compromiso de amor y respeto mutuos seguro que habría facturas, del tipo tener que meter a algún socialista como consejero o como director de alguna sociedad pública o alguna cosa de ésas que tantos aspirantes tiene en el propio UPN. A UPN casarse no le conviene, siempre y cuando al llegar a casa por la noche se encuentre un buen plato de sopa caliente y durante el día unos cuantos mensajes de apoyo y ánimo en el móvil y vida mía no sabes cuánto te extraño y qué bien hemos presentado por sexta vez el Plan Navarra 2012. Al PSN tampoco le conviene, más que nada por que cree que tiene que dar esa imagen de un pie en cada orilla, uno asegurando la estabilidad –la suya- y el otro haciendo la espatadantza tratando de dar la impresión de que aguijonean al poder desde la oposición, cuando como mucho lo que logran es marcarse un aserejé cutre. Hombre, claro, que si al final sale Roberto Jiménez igual con el cargo le dan las arras y se compra un buen pedrusco en Montiel y se va a Príncipe de Viana oliendo a Nenuco a cortejar a su amada, que no Amanda. Y la lista de bodas en el Corte Inglés.