El parte

El jueves dijeron por la tele que iba a empezar a nevar “a las 10 y cuarto de la noche”. Exactamente a las 10 y cuarto, ni a las 10 ni a y media. Semejante información –pensé- al menos se la ha tenido que pasar el mismísimo Zapatero en un día inspirao o Trichet o eso que llaman “los mercados” o quizá el mismísimo Dios con las gafas de Mariano Medina. No cayó un puto copo. De lo cual por cierto me alegré, ya que al día siguiente tenía que estar yo en Oñati para unos asuntos y el santo varón que me transportó no sé yo si tiene mucha idea de conducción invernal. Sube ochomiles, pero una cosa es subir ochomiles y otra bien distinta enfrentarse “a la tormenta del siglo”, que es lo que nos estaban vendiendo a cada informativo que pasara. A mi esto de que me avisen por la tele de que va a nevar me jode. Entiendo que a los que dependen del clima para su trabajo o para sus vacaciones o para lo que sea les importe, pero a mi me gusta que el clima me sorprenda, así que estaría bien que el que quiera saber qué tiempo va a hacer que llame y que se lo digan. O que mande un mail o que se conecte a Internet o que se suscriba a un boletín de agricultores o lo que le salga de los huevos, pero yo, que soy un parásito que vive metido en casa, no necesito que me planifiquen el cielo para siete días, porque entonces me vengo abajo, especialmente si lo que te anuncian es que no vas a ver el sol ni aunque mires las fotos del verano. Esto antes no pasaba. Quiero decir, que en esto en concreto y para mí en concreto hemos ido para atrás, porque le quitas a la vida lo que tiene de emocionante. Ese levantarte y ver todo nevao. Ese levantarte y ver la luz tras un mes. Ese levantarte y ver que el perro del vecino se ha muerto y ya está en el cielo de los perros. No sé, cosas agradables.

Géiser

El lago –bueno, un lago es algo natural, esto habrá que llamarlo estanque o charca o poza o aska- que va a construir el Ayuntamiento de Disneyolanda ande antes estaba una fábrica donde se hacían chorizos y que atendía al nombre de El Pamplonica contará con un géiser. Va a quedar monismo, va a quedar de pinícula yankee de Antena 3 de sábado a las cuatro de la tarde con familia de padre, madre, hijo, hija, perrito, abuelos encantadores, amigos maduros y atractivos, jardines, buzones, botellas de leche en la puerta, chalets con porche y mecedoras y vecina soltera asesina que se llama Kathleen y que de paso que les hace tartas de manzana maquina cómo llevarse al huerto al marido y cortarle los frenos al coche de ella. A Yolandamari y cía estas cosas les privan, les encanta esa clase de ciudad que se inventa lo que no tiene y ni puta falta que le hace tener. Una de las cosas que van a tener que llevar a cabo para que todo les encaje como si se tratara de un videojuego es desviar el curso de El Sadar, que por mucho que sea un río minúsculo no deja de ser un río que lleva ahí desde antes de que se inventaran las urnas y no veo a qué tiene que venir nadie a moverlo aunque sea medio metro para que le quede todo más mejor. A pesar de todo, lo van a hacer, ya que, en su idea del mundo, es la naturaleza la que se adapta al hombre y no el hombre a la naturaleza, con lo cual lo mismo tiran la Avenida de Zaragoza y ponen una pista de esquí –por supuesto con bien de cañones de nieve artificial- o una tirolina colgando del monumento a los Fueros o cualesquier cosa que les pueda resultar estética en un momento dado. Los que nos dirigen son así, con la excusa de “mejorar” el panorama desvirtúan los lugares en los que dentro de nada no estarán ni ellos ni nosotros.

Era hora

Ana María Matute gana el Cervantes y la Carbonero se opera las tetas –“se aumenta el pecho”, ponía la edición digital de este periódico. Lo que hay que escribir para no tener que escribir lo que realmente es-. El mundo funciona así, unas tardan media vida por no decir una vida entera en ser reconocidas como merecen y otras –y otros, no crean- saltan al estrellato -o como se llame eso- en un par de meses. La Carbonero –que está en su perfecto derecho de operarse las tetas, el yeyuno y el yunque- también está siendo noticia estos días porque al parecer se ha hecho público que gana 4.000 euros mensuales por hablar de deporte en el programa de Ana Rosa Quintana, aquella que sacó en directo a la novia menor de uno de los implicados en el asesinato de Marta del Castillo. No es que tenga yo fijación con la Carbonero, al contrario, me resulta simpática y profesional hasta donde se puede ser profesional en cuatro años de experiencia. Es lo que hay detrás lo que me enerva, ya que ni siquiera le culpo a ella de nada de lo que le sucede, puesto que si a los demás nos ofrecieran su nómina seguramente el 99% aceptaríamos sin rechistar. Pero, insisto, el problema es el indecente culto a la imagen –al cuerpo, incluida la cara- como trampolín profesional, algo que también se ve, de una u otra manera, hasta en las televisiones locales. Luego todas esas televisiones –sin excepción- se llenan la boca hablando de igualdad, patatín y patatán, pero ellas mismas son las que abren distancias en este campo, premiando la belleza muy por encima de lo que premian la capacidad y el trabajo. El otro día dijo una de ésas estatuas que salen en La Sexta que “si eres fea no tienes nada que hacer en la tele”. Al menos tuvo la decencia de reconocerlo. Enhorabuena señora Matute, ya era hora.

Escapada

El Banco de España se va de Navarra. Como se entere Sanz seguro que empieza a decir eso que tanto le gusta de que “los nacionalistas quieren vender Navarra” o “detrás de esto tiene toda la pinta de estar NaBai”. Sería una buena sede para NaBai, la del edificio que ocupa el Banco de España. Mirando desde Sarasate de izquierda a derecha así estarían en fila UPN, NaBai y PSN, primero, segundo y tercero en las forales. Aunque también se podría tapiar Sarasate entero y que allá se las entiendan entre ellos, ya cruzaríamos por otra parte. Total, ya llevamos unas cuantas semanas que hay que cruzarlo de malas maneras, “porque están arreglando los jardines”. Yo no sé qué obsesión tienen los gobernantes por los jardines, joder, es como si les fuese la vida en el objetivo de que todo parezca una postal del Baztán. Una ciudad es una ciudad y un poco de verde por donde caiga está bien, pero ya aburren. Entre sitio para los coches y sitio para las fotos pero ni se te ocurra pisarlo no hay espacio para los que andamos. A estos jardines de Sarasate, creo que leí, les van a poner además una especie de acero elevado para que no se pase por allí so pena de caerte y abrirte la crisma. Esto es, van a hacer todo lo posible para que esté todo muy mono pero intocable, lo clásico de los que valoran más la fotogenia que la practicidad. Mira, en eso no ha caído el Banco de España, que ha visto que no era práctico seguir por aquí y se las pira, por mal que quede. Porque queda mal irse de Navarra cuando no queda nada para que se cumplan 500 años de la invasión… perdón, de la anexión. ¿Qué será lo siguiente, tener que ir a sacarnos el pasaporte en el Simply? El edificio del Banco de España lo podrían ocupar perfectamente los de Pastas Beatriz, que ya es hora de que dejen de colapsar Estafeta.

Madera

La bolsa se desploma. Los irlandeses van a tener que tomar menos de media docena de Guinness antes de almorzar si quieren que les llegue para almorzar. La ministra Salgado dice que nuestra economía es más fuerte que la irlandesa pero que lo haya que hacer se hará, así que vayan preparando la elasticidad de sus esfínteres para que “por el bien de España” salgamos de donde sea quiera que estamos. Miguel Sanz –unos 80.000 euros anuales de sueldos y dietas desde hace unos 13 años- declara que “las pocas perras que tengo las tengo en la CAN” y que la caja que antes era de aquí y ahora ya no se sabe ni se sabrá nunca de dónde es es “solvente”, un mantra que de tan repetido da que pensar si no sería mejor o cuando menos más digno sacar de ahí el dinero y meterlo en un banco eslovaco, que te robarán igual pero al menos no les entiendes. Mientras, un ex futbolista multimillonario anuncia que hay que sacar el dinero de los bancos, seguramente porque él ya lo tiene metido en algunas otras partes a las que los mortales comunes ni tenemos ni tendremos acceso ya que sólo se accede a partir de una cifra que jamás llegaremos a reunir. Sin embargo, hoy iré a la inauguración de la exposición de las esculturas de Iñaki Zaragüeta en el Condestable y nada de lo anterior me importara un carajo porque, cuando uno tiene delante cosas bellas, aunque sólo sea por unos instantes es capaz de olvidar que estamos metidos en un mundo completamente desquiciado. Yo, que no sé nada de escultura, ni literatura, ni pintura, ni arquitectura, ni de nada que acabe en tura salvo hartura, me quedo mirando esas maderas que han estado décadas sin salir a la luz porque el tío Iñaki es así –un padentro- y compruebo que, a pesar de todo, seguimos aquí y nos tendrán que sacar a martillazos. ¡Suerte Zaragu!

Extranjeros

A mi de Berlanga lo que más me gustaba con diferencia era lo de austrohúngaro y por supuesto lo de tener siempre dentro de sus películas un hueco para Luis Ciges. Creo que ya les he dicho en alguna otra ocasión que Ciges era y es sin discusión y para mí el mejor peor actor del mundo, alguien que era capaz de atravesar la pantalla con sus gestos y sus palabras para sorprenderte de una manera que no he vuelto a sentir con ningún otro actor o actriz. Berlanga en eso era muy bueno, escogiendo actores que, como decía él, estén algo deteriorados. Ése es su principal acierto, creo, por encima incluso de retratar las miserias o grandezas de su país: el de mostrar personas con las que nos podríamos cruzar por la calle cada día y que no nos llamarían la atención. Hacer películas con ese material no es sencillo, ya que el público precisamente lo que quiere –queremos- es que nos saquen durante un par de horas de la realidad y si para ello nos tienen que mostrar historias imposibles, actores y actrices de laboratorio y guiones milimétricos y enmarañados no nos importa. Es más, lo agradecemos. Berlanga no hacía eso. Revestía de surrealismo la realidad para que fuera más tolerable y amena, pero a fin de cuentas su genio estaba en saber plasmar aunque fuera con exageraciones lo extraña y áspera que es la vida sin por ello dejar de ser un optimista. En Extranjeros de sí mismos, Berlanga y Ciges cuentan su experiencia luchando con la División Azul, en un tiempo que parece la prehistoria pero que está la vuelta de la esquina. Merece la pena verla para darse cuenta de lo que tuvieron que pasar determinados artistas que han pasado a la historia precisamente por su supuesta tendencia al humor, a lo surrealista, a la inverosímil. No queda sino agradecerles tanta felicidad regalada.

Páramo

Los que nos dedicamos en nuestros ratos libres a esto de juntar letras y en la mayoría de las ocasiones echamos mano de la realidad o de partes de ella para hacerlo notamos últimamente como si a la actualidad le hubieran volcado encima un enorme bote de laca. Bueno, no he hecho una encuesta con otros compañeros y compañeras, pero ésa es la sensación que tengo, la de que aún sabiendo que la vida es cíclica da la impresión de que estamos en parada técnica y que nada de verdadero alcance ha pasado en los últimos meses y que nada va a pasar en los próximos, al menos hasta mayo. Me refiero a la actualidad política, incluso a la económica y la social. Llevamos ya largos meses enquistados por encima de los 40.000 parados, con una capacidad de respuesta casi nula y una actitud de resignación lógica pero dañina. Y llevamos mucho tiempo en el que los mensajes políticos de unos y de otros resultan reiterativos, planos, vacíos y en absoluto ilusionantes, con cada uno de los partidos metidos en sus ya crónicos problemas internos. Es habitual a su vez que la estrategia de los gobiernos sea la de avisar a sus miembros de que en los últimos meses de cada legislatura apenas muevan un papel, redacten un decreto o abran una convocatoria, con lo que la actividad de los distintos departamentos raya el encefalograma plano. Ayer, si ir muy lejos, se anunció que se aplazaba sin fecha una nueva oposición para la Policía Foral por falta de dinero, lo que demuestra que vivimos de prestado y que por muchos rankings de bienestar que nos enseñen no sirven para maquillar las certezas diarias. Es en estos casos de páramo informativo, cuando nada hace indicar que surja algo que te mantenga alerta y en buena disposición, cuando aparece lo realmente importante: ¿le ganaremos mañana al Sporting?

Chocante

A los dirigentes –qué palabra más fea- de la batasunada la verdad es que no hay quien los entienda, llevan un porrón de años sin poder presentarse a unas elecciones así sin tener que hacer ingeniería ni verbal ni nominativa para buscar candidatos y nombre y ahora que lo mismo igual pueden contar con la opción de saltar a la palestra a cara descubierta y con todas las cartas sobre la mesa no paran de hacerle guiños a todo lo que se mueve. No sé, tal vez sea yo un ingenuo, pero se supone que entre EA y Batasuna –o Herri Batasuna, que soy muy antiguo- hay unas diferencias bastante notables, desde un punto de vista ajeno al DNI. O al menos las ha habido en el pasado reciente, que desde mediados de los 80 es bastante pasado. Querer borrar todo eso –tanto para los votantes de unos como para los de los otros- en un solo curso, cuando está todavía todo en el aire y por mucho recorrido que hayan hecho aún les queda otro tanto por recorrer es, creo, de una audacia moral cuando menos sorprendente. Es algo así como decirle a la cara al que ha votado EA todos estos años que su única diferencia con el votante de Batasuna es ETA y su presencia o no presencia. Mucho decir, ¿no? Lo mismo vale en el otro sentido, que conste. Bueno, que me apetecía comentarlo, sin más, porque aunque los espacios de identidad puedan ser similares no le veo mucha comparativa ideológica. Porque ésa es otra: aquí se lleva medio siglo hablando del trozo tierra pero en ningún caso de lo que hay encima del trozo tierra. Se conoce que es bastante más sencillo –y efectivo electoralmente- apelar al corazón que a la cabeza y de ahí que hasta estos intentos tan raudos de fusionarse unos con otros incluso no nos choquen. Pero a mi me chocan, claro que me chocan. Quizá sea cierto que soy sólo un ingenuo.

Estabilidad

La farsa del posible –tan posible como que hoy habrá nubes- acuerdo entre UPN y PSN continúa a buen ritmo, al de, por lo menos, ejercicios precedentes que, recordemos, terminaron con el consabido pacto que nos ha dado esta “estabilidad” de la que disfrutamos nosotros y alrededor de 42.000 parados. Dicha “estabilidad”, que rige en Navarra salvo en momentos muy puntuales desde hace más de 25 años, no parece correr peligro de venirse abajo para 2011, toda vez que desde hace ya unas semanas tanto Sanz como Jiménez han seguido los pasos marcados con total profesionalidad, haciendo gala de una serie de encuentros y desencuentros que por habituales forman parte ya del acervo popular. Los guiones –si están bien escritos- están para cumplirlos y a ello se aplican el último candidato de la lista más votada y el de la tercera, que día a día van recorriendo el camino que lleva de la total discrepancia al satisfecho entendimiento pasando por los tiras y aflojas. Todo muy visto ya, muy retransmitido y muy leído como para pillar de sorpresa a nadie con un pelín más de dos dedos de frente y unos cinco minutos de exposición a las declaraciones que vienen haciendo últimamente. El caso de la UPNA es uno de los más claros y reiterativos, con los unos haciendo de poli malo y los otros de poli bueno. No tiene pinta tampoco este año de que vayan a haber muchas más novedades con este asunto, un tema el de los Presupuestos que aburre sobremanera al ciudadano en general pero que a fin de cuentas es el 99% de lo que se va a poder llevar a cabo en esta tierra el próximo año. Los políticos se han encargado, como han hecho contra otras tantas cosas, de darle tal barniz de complejidad que han terminado por desalojar al respetable de una herramienta trascendente, la que más. ¡Coño, nubes!

¡Euuuuuuuuuu!

Unos 300.000 eurillos vamos a gastarnos los navarros para celebrar que somos navarros. Eso oficialmente, quiero decir, a cargo del Gobierno de Navarra. No está mal, no está nada mal, aunque qué más da, lo que nos sobra es dinero. Cerebro no, pero dinero tenemos a espuertas. No he leído el programa de actos –que se suele prolongar más o menos como los anuncios de Navidad, de primeros de octubre al 7 de enero-, pero seguro que habrá conciertos para los mayores, para los pequeños, festivales, comidas, misas, cenas, premios, más comidas, más premios –galardones, dicen los pedantes- y más cenas y más festejos. Enternecedor, emocionante incluso saberse parte de un trozo de tierra que es capaz de gastarse por decreto un pastón –año tras año, lustro tras lustro, década tras década- para, simplemente, conmemorar que se ha nacido donde se ha nacido, un asunto para el que ninguno de los que lo celebrarán y de los que no lo celebraremos hemos realizado mérito alguno. Viene siendo como ser moreno, tener la nariz chata o bizquear un poco. Ser navarro es tan puta casualidad como ser bielorruso, pero el aparataje foral y social intenta meterte desde tu más tierna infancia una especie de orgullo extra y de pecho palante ante el que sólo se puede mostrar primero asombro y más tarde exclusivamente pasividad e incluso choteo. No obstante, al aparataje le funciona, al igual que sucede en todas las regiones que en el mundo son, igual de lerdas que ésta, por otra parte. No digo yo que haya que renegar de donde uno ha nacido y hasta donde tiene la paciencia de seguir viviendo, qué va, pero al menos podrían tener la decencia de no elevar las anécdotas a la categoría de acontecimientos y, por supuesto, mucho menos en situaciones como la actual. Nunca, pero menos ahora.

Ejemplo

Por supuesto, espero que Vettel vaya primero a falta de una vuelta, Webber segundo y Alonso tercero y que Vettel le ceda el paso a Webber y que Webber se empotre de la emoción –sin daños personales- y Vettel haga lo propio y Alonso gane la carrera, el Mundial y hasta la Bonoloto. Es que me cae pero que muy bien Alonso, al margen de consideraciones patrióticas y de seguimientos de medios de comunicación y de exageraciones y esas cosas. Me cae bien porque es de los pocos deportistas que han surgido en este siglo en España que va a su bola desde el principio y que no fuerza su manera de ser para parecer un santo canonizado, una actitud que es cargante hasta el hastío y que afecta a un montón de deportistas últimamente, obligados casi por decreto a ser el hijo que toda madre quisiera por esa pésima corriente de opinión que considera que los deportistas tienen que ser un ejemplo para los demás. ¿Ejemplo de qué? Soy de la generación que adoraba a McEnroe, al macarra de Senna, al faltón de Fignon, al chulo de Juanito, al excesivo Maradona, al incontrolable Larry Bird. No les pedíamos -no se les pedía- que además de ser excepcionales en lo suyo fueran algo más. O, si se hacía, no era con el absoluto exceso que se vive actualmente. No tenían que quedar bien con todos y con todo en todos y cada uno de los momentos de su vida, ni ganar un partido y correr a toda pastilla a dar la mano a alguna autoridad –esto lo hace Nadal habitualmente- antes de dar un beso a tu familia. No. Eran gente con mucho talento en lo suyo y con sus defectos, como todos. Por eso me resulta tan simpático Alonso, pese a su en ocasiones falta de modestia o su hábito de buscar excusas, porque no deja de ser un tipo como la media tocado por una varita para una actividad concreta. ¡Vamos majete!

Calma chicha

Te puedes ir 20 años a pescar salmones a las Rocosas, volver por aquí a ver qué se cuece y darte cuenta de que todo, absolutamente todo, sigue igual, escaparate arriba escaparate abajo, fichaje más fichaje menos. No hay más que ver los resultados del Navarrómetro hechos públicos ayer, casi idénticos a los de hace unos meses, casi idénticos a los números de las elecciones forales de hace 3 años y medio y casi calcados a los del Navarrómetro de, por ejemplo, noviembre de 2006. Quitando los escaños que el PPN le quita a UPN tras la escisión y que al CDN se lo comerían un poquito entre todos, es lo mismo, idéntico, décima por aquí décima por allá. Aquí tiene que caer una bomba de fiemo que cubra desde Alsasua hasta Sangüesa, que se prenda fuego hasta las cartolas el mamotreto de Conde Rodezno o que Caja Navarra –o como se llame- pase a depender de una entidad sevillana para que el personal levante una ceja de incomodidad. Pero sólo una. Y no mucho, no vaya a ser que te dé un mal. No sé ni para qué hacen encuestas, la verdad, al margen de que si son sólo un instrumento para los partidos políticos éstos tendrían que pagarlas de su bolsillo, no con dinero procedente del Parlamento, que no debería de estar para costear estudios de mercado de las corporaciones empresariales que lo integran. Si quieren sondeos, que se los abonen, que pongan un fondo, como hace todo el mundo para tantear cómo está el mercado, porque entre éste y el anterior la bromita ya asciende a más de 60.000 euros, que se dice pronto. Y total para nada, porque da la sensación de que hubieran llamado a los mismos y uno no estaba en casa y sólo con esa variación ya se ha movido toda la encuesta. Así que tranquilo, Burguete, aún hay una esperanza. Lánzate a los brazos del primero que pase.

Multas

Al final pasa siempre lo mismo, en cuanto a algunos les tocan o el bolsillo o las condiciones de trabajo deciden hacer lo que antes no hacían y que deberían de haber hecho: en el caso que nos ocupa, multar a quien corresponde, sea quien sea. La batalla entre las policías y los políticos de UPN y PSN está en su máximo apogeo y lleva el hedor propio de todo berenjenal interno ante el que los meros paseantes de Navarra sentimos una distancia sideral en la medida en la que, justa o injustamente, vemos que el personal sólo reacciona cuando le tocan lo suyo. El navarro que ni es funcionario ni aspira a serlo y que tampoco envidia a los que lo son y que le parece perfecto que el que cumple con su trabajo lo cobre bien y tenga las mejores condiciones posibles y todo eso no puede sino mirar este asunto con desgana, la desgana propia del que ya está bastante más que harto de que le sodomicen por muchos y muy variados frentes y casi siempre a cargo de trabajadores que se jubilarán en ese puesto pase lo que pase y de políticos que día tras día burocratizan y reglamentan más la vida diaria de todos menos cuando les toca a ellos, que entonces aparcan donde les sale de las gónadas, por ejemplo. Ya digo que, como en todas partes, hay policías que cumplen a la perfección con su labor y que, como en todas partes, hay y habrá mucho que mejorar para que puedan desarrollar sus objetivos en condiciones, pero no es menos cierto que, durante décadas, centenares y hasta miles de jóvenes han visto su futuro trabajo como municipales o forales como un seguro de vida a cambio de poca entrega y aún menos ilusión por ser policía –por ser funcionario, sí- y eso siempre se acaba pagando en relación a la visión que de ti tienen los ciudadanos. Por muchas multas que pongas a los políticos.

Medallas

Mediano domingo que se marcaron entre Felipe González y Jesús Eguiguren, uno por la mañana y otro por la noche, anda y que no tiene problemas el PSOE como para que desde dentro se enciendan aún más antorchas. No sé si tuve la suerte o la desgracia de tropezar con las palabras de ambos y la verdad es que los dos me dejaron francamente helado. El uno por la aparente frialdad con la que reconocía que determinados asuntos relacionados con la posibilidad de acabar con la vida de otras personas pasaron por su despacho –supongo que en 14 años no sería la primera vez- y el otro por la escalofriante puesta en escena de su entrevista: como pasota, como agotado, como de vuelta de todo, a la defensiva pero acorralado a la vez, como si no estuviera en sus completos cabales. No sé, mi rival y yo le dimos unas cuantas vueltas al asunto y llegamos a la conclusión de que algo no iba bien con este tipo. Vete a saber. Tampoco va algo bien con Felipe, que 14 años después de dejar la presidencia salta con esto no se sabe muy bien a cuento de qué. La política es una cosa muy extraña, llena de claves y de rencillas internas que a los ciudadanos nos dejan siempre con la sensación de que nos perdemos algo o mucho y de que la gran mayoría de los que han detentado alguna responsabilidad tienen tanto barro en las manos que a nada que se las lavaran nos iban a inundar de pies a cabeza. Así que no sé si es mejor saber que ignorar. Bueno, no, siempre es mejor saber, por muy duro que sea. El caso es que son sólo dos ejemplos de la ingente cantidad de ejemplos que ya nos asfixian y que nos van a asfixiar aún más hasta que los alegres muchachos se quiten los pasamontañas. Vamos a tener que comprar toneladas de medallas para colocar a los millones que se las van a querer adjudicar.

Fangal

Justo el día en el que la Unión Ciclista Internacional reclama a la Federación Española de Ciclismo que abra un expediente disciplinario a Alberto Contador por su positivo por clembuterol en el pasado Tour de Francia, el posible futuro director deportivo del corredor madrileño, el danés Bjarne Riis, publica un libro en el que no ya solo reconoce que se dopó entre 1993 y 1997, algo que ya afirmó hace años, sino que lo hizo –doparse- durante toda su carrera. Ése señor iba a ser o quizá sea el director deportivo del mejor corredor español en vueltas grandes del siglo XXI. Si alguien entiende algo que lo diga, porque es por completo inexplicable el fangal del ciclismo, donde hasta los que casi se jactan de haber sido unos tramposos –“no me arrepiento, porque todos hacían los mismo, no había otro camino”, Riis dixit- no solo no han pasado al ostracismo sino que, además, ocupan cargos de mucha responsabilidad y manejan equipos enteros. Para terminar de enmarañar el asunto, Andy Schleck, segundo clasificado del pasado Tour y que pasaría a ganarlo sin Contador es sancionado y desposeído de su triunfo, manifestó ayer que “para mi Contador siempre será el vencedor del Tour del 2010”. Es terrible confundir la caballerosidad con la hipocresía, no ser capaz de, por ejemplo, lamentar lo ocurrido pero añadir que el que la hace la paga. Hay muy pocos ejemplos, por no decir ninguno, de corredores que acusen a otros públicamente de sus errores, rivales que de haber ido limpios estarían en su perfecto derecho de señalar con el dedo al caballo ganador que resultó experto en sustancias prohibidas. El ciclismo sigue desangrándose y da la impresión de que todos se tapan a todos y cuando estalla un caso aprietan el culo para que pase y el que se salve siga adelante. Aterrador.

Matías

¿Su nombre por favor? Matías. ¿Cómo? Matías. No puede ser. Si sabré yo. Perdone, usted no puede llamarse Matías. Usted es una mujer. Me llamo Matías. Entiendo, está en proceso de cambiarse de sexo. ¿Yo? Ni loca. Me llamo Matías de toda la puta vida. No se le puede poner a una niña nombre de niño. Eso ahora. ¿Cómo dice? En el 2010 se podía. En el 2011 cambiaron y sólo dejaron bautizar a los recién nacidos con nombres de afluentes de ríos, en el 2012 fueron, creo recordar, los productos de Apple. Tengo un primo que se llama Iphone, está casado con una impresora. Y así. En 2016 ya fue cuando vino la gran hambruna y con hambre, ya sabe, entra la cordura. Me deja usted alucinada. Será alucinado. No, pese a esta barba me llamo Estefanía. Usted debió de nacer cuando sólo se podían elegir nombres que hubiesen sido portadas del Hola. En efecto. ¿Por Estefanía de Monáco? No, por Estefanía Luyk. ¿Fue portada? Sí. No me jodas, sí que estaba mal el mundo. Sigamos. ¿Apellido? Piradora. Perfecto. Don Matías Piradora. Perdón, Doña Matías Piradora. Disculpe. ¿Profesión? Papa. ¿De Roma? Correcto. No he estado nunca en Roma. No te pierdes nada. ¿Motivo de su visita a España? Vengo a dar unas charletas a unos fieles. ¿Cuántos más o menos? 100.000, 200.000, 35. No sé, depende del clima, es un trabajo muy desigual. ¿Tiene equipaje para recoger? No, voy y vuelvo en el día, con la muda que llevo puesta me vale. Perdone, Doña Matías, una duda: si usted es mujer, ¿cómo es que es Papa? Ya veo que es usted atea. Ateo. Bueno, ateo. Desde 2048 se hace por sorteo. ¿Universal? No, a los que tenemos contrato con Vodafone. Yo tengo Orange. Soy Presidente del Banco Central Europeo. ¿Y qué tal? No me da, como puede comprobar. Una última cosa, Estefanía: ¿no tendría usted un cigarrito?

A de ataúd

Yolandamari Angulo Barcina estaría dispuesta a que se paralice el ataúd de los Sanfermines siempre y cuando el gobierno que preside Miguel Sanz Sesma –por los pelos se ha salvao el Sanz- le adjudique una partida presupuestaria que tendrá que aprobar el partido que dirige Roberto Alli Jiménez, el NPS, socio de todo este despropósito por mucho que diga que no y por poco que le parezca que le pese. Así la situación, tras meses y meses de no dar su brazo a torcer así se le luxe el codo, la futura ex alcaldesa de Pamplona se la envainaría una temporada con tal de no echar más leña al fuego electoral y que su empecinamiento consumista en época de crisis instalada pueda pasarle factura en los resultados, estando como está la población ojoplática ante la sangrante capacidad de los políticos para gastar el dinero ajeno que no tienen en asuntos de los que se duda y muy mucho, no ya sólo por su oportunidad y acierto sino también por su futura eficacia y expectativas de autofinanciación. El ataúd ése le viene costando a Pamplona sus buenas sumas –y sobre todo sus buenas restas- desde hace años y son numerosas las personas y empresas que ya han facturado sus magros picos por realizar trabajos que no se sabe cuándo emergerán y en qué condiciones, todo por obra y gracias de un PSN que ha funcionado en este asunto como es su costumbre: si pero no y tú haz que ya te avisaré cuándo lo sepa qué es lo que me parece. Mientras tanto, el resto de Navarra asiste alucinada a cómo se lo monta la Angulo para intentar sacar 7,5 millones de euros para el lugar en el que vive cuando el beneficio único o prácticamente al 100% del ataúd se quedaría en esa Pamplona capital de Navarra y que aspira a liderar si el señor Alli Jiménez tiene a bien. Ellos decidirán el orden de nuestros apellidos.

Jumelage

El conteo público de espectadores que hasta día de hoy ha tenido y que de hoy en adelante tendrá el Circuito Samaniego lleva camino de convertirse en una campaña de publicidad que ni aquella del millón de visitantes de Corpas y cía. No hay campeonato, carrera, carrerita, pique de colegas, quemada de tubarros de ex alumnos de Ingeniería Industrial o evento alguno que se celebre en el asfaltazo del pueblo natal del gran Mari Ábrego en el que la propiedad no adjunte a los medios de comunicación la asistencia –calculada a huevímetro- tal y como se hace en cualquier manifestación o en la ya mentada masturbación numérico turística del ex poeta comunista. Ayer, en su comparecencia para hablar de éste y otros proyectos, Miguel Sanz, que insistió en que el procedimiento llevado en Los Arcos casi casi era más blanco y puro que la propia concepción de Jesús por la Virgen María, volvió a dar cifras de asistentes –habló de 70.000, todavía 30.000 menos que los hijos de tuvo San Luis- como si el problema fuera ése. Que no, kiliki, que no, que el problema no son los asistentes, que a ver si se te mete en la cabeza que ojala vaya el asunto magnífico, que la complicación es otra: que hacéis lo que se os sale de huevos -por muy legal que sea- y curiosamente siempre alguno sale muy bien parado, con pole, vuelta rápida y victoria, como el tal Samaniego, que metió el casco por entre los huecos de la legislación mucho mejor que los Brawn el año pasado con el tema de los difusores. Y, ya de paso que nos explicaba que todo fue la bondad hecha proceso, anunció que las empresas públicas pasan de 38 a 13 y que una de estas 13 gestionará el Circuito, Territorio Roncalia y el Reyno de Navarra Arena. Como dice mi abuela cuando le entran todas las cartas al Chinchon: ¡más lío!

Autoplagio

Los del PSN podrían hacer lo que si no hacen perfectamente podrían hacer los periódicos en verano: guardar los textos con los que se elaboran los artículos sobre el helado de limón, las picaduras de mosquitos, la crónica del Chupinazo y unas cuantas más y utilizarlos con las mínimas correcciones temporales y sociales. Yo de hecho he creído ver en alguna ocasión con motivo de las primeras nevadas del invierno a una corresponsal televisiva informando desde el puerto de Navacerrada con el micrófono con el logo antiguo de TVE y un anorak idéntico al que llevaba Paquito Fernández Ochoa de Sapporo’72. Cada vez que el Señor Cangrejo sale a la palestra ésa que le han instalado en la sede -que parece el plató de Pasapalabra- a explicar a la masa qué es lo que va a hacer el PSN con los Presupuestos Generales y por qué es como si se hubiera detenido el tiempo, ya que la retahíla de frases grandilocuentes con palabras en su interior como “generosidad”, “responsabilidad”, “estabilidad” o “altura de miras” es casi idéntica año tras año desde que Pepiño Blanco le apretara de los máices al estadista de Corella. No sé, coño, ya que hablan tanto de participación ciudadana podrían abrir un concurso en Internet para que le escribamos algunos discursos al Cangrejo y al ganador regalarle primera fila para el siguiente Congreso Regional. No sé, estaría divertido. Eso sí, hay que reconocerle que gracia tuvo. Dijo que “de la órbita del PSN no hay ninguna fundación”, preguntado por si iban, como para 2010, a meter enmiendas para sacar dineros para fundaciones afines. Las fundaciones Chivite, Gorricho y Ciudadanía en Acción –por cierto, ¿a qué dedican el tiempo libre?- deben de ser de la órbita de Ganímedes, no te jode. Yo el discurso que le escribiese seguro que empezaba: decíamos ayer…

¿Nuevo?

Y a lo tonto ya estamos en noviembre, hay que joderse. No hace ni una siesta que andábamos por la playas y que nos enterábamos de que unos mineros chilenos que creíamos muertos estaban vivos y en un ti-ta ya han salido los mineros a la calle y hasta han estado en el Santiago Bernabéu y ahora huele a nieve y en esto dice Ion Erro que el año que viene se marcha para “no hacer de la política una profesión”. Umm, coño, para llevar casi 20 años, casi casi como sí que ha hecho de eso una profesión, ¿no? Calculando, una vida laboral son unos 40-45 años, así que 20 –bastantes de ellos viviendo, entre comillas, de la política- son la mitad o algo menos. No obstante, no está mal del todo como idea, seguro que debería de servir como ejemplo a seguir por muchos, con demasiados años ya en esto como aportar algo de frescura y novedad y sosiego visual a los ciudadanos. Es que se pega uno tantos y tantos años viendo las mismas caras y se acaba perdiendo ya la perspectiva de quién es ése que está delante y qué dice y para qué ha servido, sirve y servirá. Hace poco me crucé con Juan Cruz Allí y recuerdo verlo en la tele mientras me comía un Flash de Coca-Cola. Y hace por lo menos 25 años que no me como un Flash de ningún sabor. Los partidos políticos deberían tener eso en sus bases, la imposibilidad de que una misma persona obtuviese cargos de representación, yo qué sé, durante más de 10 ó 12 años. Y ya digo que no por una cuestión práctica, de capacidades, sino por mero sosiego para aquellos que les llevamos viendo desde que teníamos dientes de leche y les hemos contemplando deambular por toda clase de puestos y asuntos, en muchos casos sin nada que ver los unos con los otros. Pero nada, enseguida llega Navidad y Sanz nos deseará a todos otro feliz año nuevo. ¿Nuevo de qué?