30 junio 2011

Va, ya

Bueno, ya, que joder qué tute y qué bien y qué a gusto, pero tengo los dedos en llamas, y la lavadora mental a punto de plantarse ella sola en mitad de la cocina. Que estoy baldao, vamos. Sí, sí, ustedes también. Y más. Y con mucho más motivo, seguro. En 15 días lo echaré de menos. Lo sé. Esto es irrecuperable, porque es un privilegio. Así que se lo dedico, de corazón, amén de a los que lo han corregido y maquetado y amén de a mi rival y a mi familia y a mis amigos y amigas –nada de momento La Casa de la Pradera, tranquilos- y amén de a ustedes por leer, a los compañeros y compañeras de toda la prensa escrita de este pueblo, que no tienen esta inmensa fortuna de contar con estas oportunidades en lides mucho más complejas. Va por ellas y ellos, con mi admiración por su esfuerzo y cientos de trabajos brillantes u oscuros pero bien hechos. Enormes, compadres, saldremos de ésta, aunque aún no sepamos hacia dónde. Y me largo, definitivamente, diciéndole a una señora a la que admiro tanto que me leeré el libro que me regaló hace meses. Y que es el regalo material más emocionante que he recibido nunca. Y que cuando se queme mi casa será lo primero que cogeré en brazos. Y que, copiando el mail que recibí de un veterano montañero y que por fin me destruyó tras tanta contención y cambiando solo dos presentes perfectos por dos futuros: me lo leeré despacio, arrullado por las olas a cero metros, elevando mi pensamiento hasta lo más alto de lo etéreo. Y notaré lo emocionante que es la vida si se hace con sentimiento. Y aquí hay un millón de vidas que palpitan sin descanso. Un placer. Con suerte, les veo en septiembre. Con mucha suerte, no. Es broma. Pásenlo como seguro que merecen o mejor. Cuídense y cuiden. Y, porque todo lo demás acaba llegando si es que tiene que llegar, salud.

29 junio 2011

Sabático

Bueno, ya está aquí el verano. El verano es una estación odiosa, como todo el mundo sabe. El que no lo reconoce, en el fondo, es por no meterse en discusiones tan inútiles como agotadoras. En verano, en general, se trabaja menos, lo que en determinados casos muy concretos es bastante complicado. Y la gente, siguiendo por ahí, tiene más tiempo para sí misma. Y ahí viene el problema: la gente no sabe qué hacer con su tiempo. No tiene ni puta idea. Yo tampoco, no crean. A mí, por eso, me encantaría trabajar en verano y tener libre febrero y marzo. Me iría a alguna ciudad del extrarradio de Moscú, a ver trabajar a los demás. Es que no trabajar cuando los demás no están trabajando, ¿qué erotismo tiene? Ninguno. Acabas de aceitunas y refrescos y gambas hasta los huevos. Meterte unas gambas en Moscú un 17 de marzo mientras tres Dimitris alcantarillan una calle. Eso es placer. ¿En julio? Todos haciendo lo mismo y al mismo tiempo y en los mismos sitios. Porque eso de ‘ayyy, estuvimos en una playa virgen, solos ella y yo’ también es de un vacuidad absoluta. Vaya chorrada. ¡Pero si no te ve nadie! Aunque casi igual que cruzarte con medio barrio en una playa a 1.000 kilómetros de tu casa. Ya, se descansa, pero ¿hemos venido a este mundo a descansar o a cansarnos? A cansarnos, joder. Con un día y medio a la semana nos debería de bastar, ahí metidos en una nuestra habitación con el gotero puesto. Vacaciones. Un engaño de los políticos y el FMI para que sigamos trabajando. Si no trabajase nadie no habría vacaciones. Ni gambas, ni playas vírgenes, ni festivales de verano, ni prácticamente nada. Piénselo. No estaría mal probar. Un año sabático global, universal. Si quieren trabajar los políticos, ya es cosa suya. No he venido yo aquí a solucionarles encima la vida. ¿Bailamos?

26 junio 2011

Prácticamente

Durante una ceremonia a pleno sol en Auckland, la Reina de Inglaterra se ha quitado las medias, las ha metido en el gin-tonic y se ha secado con ellas el sudor de la frente. Si esto lo pilla el tipo de la agencia de prensa que aseguró y envío al mundo que Bob Dylan fue censurado en China estoy oyendo su reacción, muy profesional: oye, John, ¿la reina no bebía vodka? Y a John contestando: no, no, ginebra. Pero en Auclankd ahora hace frío. Quita lo de ‘a pleno sol’. Tendría fiebre. Hace dos meses Dylan tocó en China y como no canto Blowin’ In The Wind y The Times They Are-A-Changin medio mundo, no se sabe muy bien sacado de dónde, publicó que le habían censurado –ya que esas son dos de sus, según ellos, ‘canciones protesta’-, censura a la que él se plegó porque ‘ya no es el idealista que era’. Habrá que decir que los conciertos de Dylan están documentados canción a canción desde 1962 y que ha tocado Times unas 6 veces en los últimos 500 conciertos y Blowin’ una de cada tres o cuatro noches. Sin embargo, ¿eso a quién cojones le importa, si tienes que mandar una crónica desde Pekin? A nadie. Pon lo de la censura y tu noticia aparecerá rebotada en medio mundo. Al tiempo, Dylan publicó una desternillante carta en su web. Es un tipo que cobró 100 millones de pesetas del 97 por tocar delante del Papa, ya saben, ladrón que roba a ladrón y todo eso y el Banquero Anarquista de Pessoa. Llegados a este punto –y a donde iba-, ¿qué sabemos realmente de las personas que están en el ojo público? Supongo que nada, teniendo en cuenta que por ejemplo Dylan lleva 49 años diciendo que “no voy a deciros que soy el luchador de la gran causa ni el amor universal o el gran geniecillo o lo que sea. Porque no lo soy”. De cualquier modo, Dios salve a la Reina, prácticamente nadando en ginebra.

25 junio 2011

Fichas

Fichas. Por todas partes. Te tropiezas con ellas, abandonadas en la calle. Fichas lanzadas y fichas recibidas. El mundo es una ficha. No recuerdo haber lanzado o recibido nunca ninguna, pero quizá me equivoque. O me mienta. O tenga un serio problema de percepción. Es lo mismo. Todos tenemos un pasado. Fichas, reuniones secretas, rumores, lenguaje de signos, cargos en el aire, puestos posibles, puestos imposibles. Gente nerviosa, gente que no se entera, gente que no se quiere enterar. Luego están los felices, a los que todo esto en el fondo les trae sin cuidado, porque ya han estado en ese bar. Consejeros, directores generales, gerentes, empresas de toda clase y posición, subcontratas, un inmenso círculo invisible. La vida es maravillosa, eso sí. Compañeros y compañeras periodistas llamados a filas a los que os mirarán raro, porque ya sabéis mejor que nadie que los periodistas no tenemos derecho como los juristas, los mecánicos o los economistas a, por ejemplo, dejar de acudir a ruedas de prensa y pasar durante unos años a organizarlas. No tenemos derecho, estamos infringiendo las normas. También pasaréis a ser del partido de la persona para la que trabajéis. La separación vida laboral-privada no existe en nuestro caso, a ojos ajenos. Cuando, como dice Chavela, volváis a los lugares en los que se amó la vida, tampoco tendréis derecho a volver a ser lo que erais y en realidad nunca dejasteis de ser. Creerán que actuáis por despecho. O que calláis por algo. Esto –lo sabéis mejor que nadie- os pasará. Podréis con ello, claro. Seremos lo que sea, pero también duros. Mucha suerte, en cualquier caso. Y enhorabuena, por supuesto. También se aprende poniendo las copas. Fichas. Gente nerviosa, cuchicheos, lloros incluso, gente que pierde la dignidad. Hay gente pa tó. Y fichas.

24 junio 2011

Pedazo pan

Como era muy evidente que le gustaba mucho aquel pan, un día le pusimos a la hora de comer media barra en su plato. No olvidaré su cara mientras contemplaba la escena, se reía y daba las gracias, aquella cara con aquellos ojos inmensos de niño en un gigantesco cuerpo de adulto y esa sonrisa bobalicona que se nos pone a todos cuando no entendemos nada de un idioma. Desde aquel día, la semana que pasó con nosotros en el pueblo él mismo se separaba su media barra de pan y comía con ella en la mano izquierda. La última mañana, un domingo, nos dio por irnos al Petretxema. Nos costó hora y media llegar desde la Aezkoa en coche hasta el aparcamiento de Lescun y otras tres superar los 1.200 metros de desnivel hasta la cima. Un palizón fantástico que me dejó la mochila con sal durante semanas, ya que íbamos casi en pelotas. El sol pega fuerte en agosto en el Pirineo. Llegamos arriba a la par, sin carreras, pero sí algo picados, él con el tipo que fuma pero que aún tenía entonces algo en los pulmones y yo con el clon de sargento eslovaco comebarras encantador hermano pequeño y único de mi prima-cuñada Kata. De nuestra prima Kata. En el camino de vuelta al verde río, mientras en el asiento de atrás Kata y sus no menos descomunales ojos se tronchaban al ver el miedo que pasaba yo en el asiento del copiloto por la conducción algo rápida en aquellas carreteras de montaña por parte de ese hermano al que ella llamaba Peti, Peter Simunic me enseñó entre risas y moviendo el volante como un crío las únicas palabras que sé en eslovaco: doprava (derecha), doleva (izquierda). Llegamos a casa y nos tiramos al río. Hoy hace dos años me llegó un sms de mi primo: ‘Peter ha muerto en los Tatras. Se resbaló en una placa en un ascenso normalito’. Doprava-doleva, Peti, doprava-doleva.

23 junio 2011

Matrimonio

Ayer, por fin, y tras tanta ida y venida, me armé de valor y se lo solté: ¿nos casamos? No dijo que no así enseguida, pero se giró y contestó, mirándome a los ojos, juraría: ¿tú estás tonto? Mi dentista es así, directa, sea con el torno u oralmente. Se lo pedí más que nada porque llevo casi un año que me tengo que salir de mi zona natural una vez por semana para cruzar la ciudad y llegar a la Zona Nacional a que me haga perrerías en la boca y había pensado que casándonos y ya con todo en regla y bien pues me quedaba a vivir en su casa, que es grande y eso, y aunque tuviéramos que convivir los cuatro –es que ella ya está casada, pero yo para eso no soy nada celoso- seguro que nos apañábamos. Nada físico, ojo, solo por una cuestión práctica, que comenzar el día abriendo las fauces con el torno dentro es lo menos erótico que hay. Así, mientras uno prepara la cena y otra dibuja, pues mi dentista y yo podríamos pasar al potro de torturas y me remata lo pendiente cuando nos apetezca, sin citas fijas. Pero se ve que la idea no le convenció. Es que me conoce desde que tengo 12 años. Yo, que en cuanto recibo una negativa de la clase que sea ya como que me relajo y no insisto ni una vez, no obstante me ví obligado a recordarle un hecho cierto: Gemma, tía, que yo prácticamente te he amueblado la cocina y el salón... Me clavó esos ojos azules, blandió el torno y ahí ya sí que me callé, mientras ella seguía soltando cienes de palabras por segundo para que el tópico de hablas más que un sacamuelas no caiga en el olvido. Así las cosas, mi primera petición de mano ha sido todo un fiasco, pero en nada tengo ya de nuevo todos los piños y ese es un motivo más para sonreír mucho pero que mucho. Incluso hoy, que se consuma otro matrimonio extraño de quedarse con la boca abierta.

22 junio 2011

Mamíferos

“Los mamíferos de la Taconera serán retirados para resolver su alto grado de endogamia”. Ji-ji, cof-cof, aisss, que me da, que me atoro y expectoro -¡toroooooo, e-cha-tee fueeeeeeera, cabra!-. No, no, basta, en serio, nada de comparaciones, Jorge, nada, que las comparaciones son el recurso de los inútiles. Dicho esto, ahí va una: eres más endogámico que Consumidores Irache (no es nada personal, de verdad). O que el Gobierno de Navarra. O que... Basta, vale, ya, vuelve a tu esquina, quieto ahí. Es que tù te coges años y años de organigramas y de cargos públicos y de cosas de ésas y es un poco como el 6 de julio, que entras a un bar y exactamente el mismo tío que estaba el año pasado a ese mismo minuto en el idéntico espacio de barra lleva exacta faja, pañuelo, pote en la mano y le está soltando –o viceversa- idéntica chapa a una tía que clona a la perfección su estilismo de toda clase de condición y así es todo el bar y en general todos los bares, que parece que los 365 días precedentes y los precedentes y hasta los anteriores han pasado en balde. Aquí a eso le llamamos tradición, claro que sí: ¡joder, qué casualidad otro año verte aquí y qué tal la abuela! y ¡la abuela se nos murió hace ocho años y no me ‘vulques’ la cerveza en los huevos que llevo la pasta en el bolsillo de delante! Delicioso. La Taconera, Pamplona, Navarra, la maravilla del mundo, la ‘referencia nacional’, que dijo la otra mañana el, según Felones, ‘mejor presidente de la historia de la democracia’. Por esto vivimos aquí también, claro, porque los súbditos necesitamos eso, referencias, llegar a casa, oler la comida de la abuela y solo ya con eso sentirnos protegidos. En el fondo lo hacen por nuestro bien, porque, aunque intercambien puestos, realmente están en el mismo punto. Todos somos mamíferos, ¿no?

19 junio 2011

Reinsch

Me pena, pero siempre que veo a Angela Merkel veo también a la alemana oriental Gabriele Reinsch, la eterna plusmarquista mundial de lanzamiento de disco. Me pasa lo mismo cuando, al igual que ayer, como con David, el plusmarquista mundial de Lanzamiento de Rabiosa –azada, para los que, como todos los domingos, nos leen en la edición de Gipuzkoa-, que es verle, recibir ese abrazo que te deja como el papel de calco y ver a Virgilijus Alekna. De hecho así tengo su teléfono en el móvil: Virgilijus. Majo es poco. Total, a lo que iba, que Merkel, que como todos los políticos al principio parece que van a ser distintos hasta que les dan la oportunidad de demostrar que son iguales y casi intercambiables, lleva unos meses dirigiendo no solo Alemania sino queriendo –y en muchos casos logrando- dirigir Europa, que es mucho dirigir, con unos cambios de rumbo, opinión, acción y, en definitiva, rendimiento, altamente sospechosos, al nivel de los mostrados por las atletas de la RDA en los 80, que una tarde te tiraban 76 metros y luego desaparecían o casi. Te dejaban el récord del mundo ahí plantao 23 años y las que vengan detrás que arreen. Merkel parece empeñada en seguir por el mismo camino, el del aplastamiento y si te he visto no me acuerdo, obsesionada con el lastre que para ella supone todo el sur de Europa, como si fuese una garrapata que hay que fumigar a cualquier precio o a precio de pepino de saldo. Una idea de Europa en la cual bajo la horizontal que va de San Sebastián hacia la derecha pasando por Livorno todo es un desastre, pero calentarnos las playas y enfriarnos las cervezas que en un mes estamos allá para que nos hagáis reír. Algo parecido a lo que se opina aquí poniendo la horizontal en Madrid o incluso en Burgos. En resumen: hay que perseguir el dopaje.

18 junio 2011

'Flash'

Barcina presidenta y Jiménez vicepresidente. No se me ocurre mejor plan, la verdad. De hecho, desde que lo leí el jueves estoy tan contento que he tenido que mear todas las veces sentado, con perdón. No sé, no me pasaba nada parecido desde que López Tonterías dijo aquello de “una cosa es el amor a Navarra y otra los negocios”. Si además Felones acaba en Cultura –o Sayas, que pal caso…-, Torres en Salud y algún que otro fichaje de relumbrón más empezaré a pensar que estuvo Miguel Sanz hace poco en la redacción de El Jueves y les dijo: ¿os importaría hacerme un gobierno al terminar lo vuestro? Barcina y Jiménez. Mítico, vamos, mítico, 12 años después de conocersen, cuando él era un muchacho al lado del Padre Iturbe –el de la ORT- y Barcina una infanta casi también. Vamos, vamos… Y luego me pregunta Chivite –que anda y que no que teniendo los dos como tenemos los mails y hasta los teléfonos de ambos andemos aquí gritándonos de columna a columna. Y llamándonos por el apellido, como en la EGB, ja-ja- que por qué le llamo Señor Cangrejo. Pues nada que ver con Bob Esponja –no la he visto, lo prometo- sino porque recula, recula tanto que está acabando con el culo metido en UPN, a pesar del blá blá blá. No es más que eso, Fernando, nada más. Un patrás, como decía Woody Allen –es un patrás, avisa a los camiones cómo tienen que aparcar: ‘patrás, patrás’-. A nada que recule un poco más acabamos en los coros y danzas. Y eso que no digo que la alternativa fuera Lincoln, pero esto…, no me jodas. ¿Para esto tenemos desde el 99 euro y Iphone y pantallas de plasma y de todo mucho? Si es que lo mismo me da ponerme unas calcamonías en la muñeca y comprarme un flash de limón. Éstos, Taberna en la Cámara, Ancízar por detrás de la UGT... ¡Vivimos en un puto museo!

17 junio 2011

Remolachas

Cuando no sé qué escribir y va siendo la hora de cenar siempre uso el mismo truco, les pongo un mail a los del periódico que dice: va en una hora. Me lavo los dientes –no sé por qué-, discuto con alguien –relaja, tengo un amigo que cada vez que ve parpadear mi nombre en su móvil dice: el tontolaba este no encuentra tema. ¡Neki, coge a la cría y tápale los oídos!-, caliento los dedos y con esa espada de Demóstenes que tanto nos gusta a los periodistas pendiendo sobre la cresta sale todo rodao, horrible puede que también, pero rodao, un surfeo digital acojonante. Hoy, por ejemplo, escribiremos de algo que está de rabiosa actualidad: las remolachas. ¿Y por qué en concreto las remolachas, se preguntarán? Es obvio, pero yo se lo explico: así van a caer en el Gobierno de Navarra, como remolachas, los presumibles tres consejeros del PSN, y ya están la lechuga, el tomate –cherry, por supuesto, bien plastiquero-, el queso fresco en dados, la chaka, el atún, la mahonesa y las puntas de espárrago acojonaditos vivos, que ya andaban todos bien ligados con su aliño upenero y su foralidad y a traición y a última hora les va a caer encima esa cosa morada sudorosa y lixiviante a más no poder y que lo pone todo perdido de sabor y color que tira pa atrás. La remolacha, dada su condición de planta humilde desde hace miles de generaciones, es perfecta conocedora de este recelo que provoca, pero también de que solo gracias a su presencia jode-ensaladas tiene la opción de garantizar futuros cultivos, ya que sola y en plato no se la comen ni los coyotes. Es su sino. Ahora solo queda saber qué tres ejemplares nos traen de la huerta, presumiblemente ribera, claro, que es la mejor, dicen, para estos casos y también desde hace miles de generaciones. Voy a cenar. Apio. Opio no me queda.

16 junio 2011

Elegidos

El tuiter es que va a acabar con el mundo. Es algo así parecido a cómo veía la bienpensante sociedad inglesa al rock en los 50 y en los primeros 60, que salían las niñas de casa vestidas de colegialas, buscaban un baño en el que cambiarse y acababan en primera fila en un concierto de los Beatles tirándole las bragas a Ringo Starr, que hay que tener mal gusto. Espero que tiraran a dar, al menos. Qué majo, Ringo, qué bien me cae. Pues el tuiter, igual, que sale una de casa vestida de concejala, va un rato al ayunta, pasa por el baño del Mentidero, se pone la ropa de matar y en un pis-pas la tienes en el ciber de Curia metida en tuiter repartiendo quina. O eso al menos todo parece indicar que ha sucedido con Ana Pineda y Uxue Barkos, que la primera usaba un cuenta anónima en tuiter para criticar el, a su juicio, uso político que Barkos ha hecho de su cáncer de mama. Hay que ser mal bicho solo para pensarlo, la verdad. Ya abrirte una cuenta y escribirlo es, si así es, para hacérselo mirar. Y ya que uno que ni siquiera tiene la cuenta anónima sino con su nombre y apellidos reenvíe esos mensajes lo cierto es que no tengo calificativos o sí los tengo pero mejor callarlos, que son todos como muy denigrantes, lo que por otra parte sería una redundancia, ya que hay actos que se califican solos, claro. Como toda nueva herramienta de comunicación, hay quien le saca partido profesional a tuiter, hay quien se entretiene una horita de vez en cuando haciendo el macaco –sin ir más lejos, yo-, hay quien se relaciona sanamente con amigos y hay a quien, directamente, le ha engullido y vive ahí dentro. Pero pocos, muy pocos, son tan torpes como para hacer palpable virtualmente su, al parecer, escasa ética en la vida real, cuando la dinámica suele ser la contraria. ¡Ésos son los elegidos!

15 junio 2011

Cojones

El día que los pájaros de Bangkok se quedaron con Vázquez Montalbán fue uno de los peores, sino el peor, para los lectores de periódicos de este país y varios más en lo que llevamos de siglo XXI. Vázquez Montalbán, la única persona a la que he pedido expresamente que me firme un libro –bueno, lo hizo mi hermano por mi-, lo mismo te cocinaba una novela que te freía un artículo que un ensayo que un Carvalho que un poema como ese de tú tenías 20 años y yo no tenía edad que no sé si cantó La Señora el viernes en Baluarte. Hace nada me volví a leer El delantero centro fue asesinado al atardecer, esa en la que el entrenador le dice a un jugador: a donde no lleguen tus piernas, que lleguen tus cojones, Ibáñez. Tú, ante todo, cojones. No sé si es literal, tengo la novela arriba y como hace calor y ya no me llegan las piernas estoy tirando de cojones. Es, intuyo, la frase exacta que se lleva barajando en el PSN desde el 22-M: donde no lleguen nuestras piernas, que lleguen nuestros cojones, donde no lleguen nuestros votos, que lleguen nuestros puestos. Le oí ayer a Elena Torres, que pese a vestirse de La Señora resulta muy impostada porque la elegancia –de ninguna clase- no se compra, volver a soltar la monserga de la importancia del Parlamento, que hoy se constituye. Al parecer, Torres ya no va a ser presidenta, lo que demuestra que cuando se tira en exclusiva de cojones incluso éstos acaban viniéndose abajo, por una pura ley física. Al igual que le pasará al PSN hasta que no encuentre un entrenador que no nos endilgue cojones hasta para desayunar: “es que para hacer lo que han hecho y lo que no han hecho, cómo lo han hecho y cómo no lo han hecho, para eso, era preferible que hubieran gobernado las derechas” (Manuel Vázquez Montalbán, una mañana cualquiera. Y sin conocer al PSN).

12 junio 2011

Dónde no

Se da esa vacuidad total que es como decir: juntemos las manos y todo irá divinamente. Que esto lo dijese alguien que tenía 24 años en relación al movimiento hippy del que algunos le adjudicaban el trono y buena parte de sus mensajes dice tres cosas: el tipo era un genio cínico, es cierto lo que asegura Woody Allen de que si alguien te explica que con la edad se mejora estás delante de un mentiroso compulsivo y, en tercer lugar, que los movimientos que parecen surgir de la nada son contestados tanto por un extremo como por el otro y corren el gran riesgo de convertirse, quizá a fuerza de organizar talleres de papiroflexia, de reflexología podal, de chakras y el típico a qué hora es el taller de ligar, en un intento vano por cambiar algo cuando a lo que se había ido inicialmente a las plazas era a setas y no a rolex. Pero el de 24 años, como buen cínico, también creía en que, aunque mucha energía se perdiera o incluso se diluyera completamente por el camino, había que hacerlo. Su cinismo era solo un escudo para protegerse de los pelmas o los excesivamente amables. El otro día leí la primera carta –ya tardaban- de alguno que, ya que el estado es represor y llevaba muchos años en la lucha –la lucha es algo que aquí llevamos muchos años haciendo-, ponía a caer de un burro –en parte con razón- a este ‘espontáneo’ movimiento que se disolverá u olvidará en cuanto la Roja vuelva a ganar otro trofeo. Dejando de lado la habitual obsesión identitaria y que seguro que será un encanto con el que tomarse feliz 1.000 cañas, esto de denostar todo lo nuevo que no protagonizas tú indica que estás tan seguro de ti mismo como los mismos a los que criticas o que bien estás a un paso del asilo emocional. El falso cínico de 24 años decía: no sé dónde está la cosa, pero sé dónde no está.

11 junio 2011

Disgustos

Un amigo suele decir que el que no ha visto perder a su equipo en el último minuto, no le ha dejado una novia y no le han echado nunca de un trabajo no ha tenido vida. Está casao con su primera novia y trabaja con su padre desde los 18. Eso sí, como es muy empático y más majo que majo, se nutre de las experiencias ajenas. Además, es de Osasuna, con lo cual con el primer capítulo cubre con creces las carencias de los dos últimos. Me he acordado de él –aparte de que acaba de llamarme para preguntar a ver si sé algo del fichaje de Nino y le he dicho que ni sí ni no (ya, malo de ganas, pero es la realidad: eso me ha salido decirle)- al ver una foto de Enrique Maya, el simpático y eficaz y plano burócrata que ha escogido Yolandamari para que incluso después de irsen nadie le haga sombra, que es lo que les ocurre a los que creen que miran al sol a la misma altura y de frente. Me he acordado de mi amigo tras ver a Maya porque, no sé, yo el mal de clase ninguna a nadie deseo, pero ¿y si en el último minuto le dejan compuesto y sin novia a 15 segundos de entrar en su nuevo trabajo? Sería un trago de una crueldad abisal, con lo preparado que parece y educado y correcto y con la pinta que tiene de dar el mejor perfil –como dice el gran escritor Patxi Irurzun, aunque no pensando en Maya: es que los flacos somos gente con mucho perfil-. Pero ¡bah, ni pa Bob!, estará todo bien atado. Es que, además de todo lo demás, esta falta de emoción en el último minuto que tiene la política la convierte en una de las cosas más aburridas de la vida, de ahí que el pleno de hoy no haga falta que se celebre en el Anaitasuna y que la gente se vaya a echar la siesta tan campante. Perdonen, es mi amigo otra vez: ¿cuándo hostias empieza la Liga? ¡Necesito disgustos! Es votante de UPN, también.

10 junio 2011

Olvidar

Como todos los jueves, como en casa de mi tía y mi abuela. Cuando llego, mi tía cocina y mi abuela ve un programa infame en Tele 5 en el que la gente se grita de un lado a otro. Abu, ¿qué haces viendo eso? Yo no te digo nada de lo que tú ves. Es terrible. Estoy tratando de desaprender lo aprendido, es el camino hacia la sabiduría. Abu, no me jodas con frases grandilocuentes. ¿Te crees muy listo, verdad? He salido a ti. Más quisieras. No hago el esfuerzo de venir para que me insultes. ¿Esfuerzo es venir dos horas los jueves, como el camión del pescatero? Vale, bien. No es esfuerzo. Elige mejor las palabras, entonces, que no sé cómo te dejan escribir en un periódico serio. ¿O es que cerró hace mucho la Facultad de Comunicación? ¡Abuuuu! Vale, bien. ¿Qué me cuentas hoy? Nada especial, todo bien. No me mientas. Vale, bien pero cansao. Eso está mejor, que una cosa es que tenga un poco de demencia senil y no me acuerde de lo que ha pasado hace 20 minutos y otra que sea tonta y no conozca esos ojos. ¿Y qué más? UPN y PSN pactarán en la reunión. ¿Y cómo han hecho? ¿El qué? Para llegar por separado a la reunión cuando llevan meses metidos dentro. ¿Tienen puertas secretas? No deberías ver tanto Tele 5. Es divertido, se me olvida y es todo como nuevo. El Telediario, en cambio, no puedo. ¿Y eso? Como repiten cinco veces al día la misma noticia me enfado las cinco veces y de eso sí me doy cuenta. Vale. ¿Y qué te parece que pacten? He olvidado más de lo que tú nunca sabrás. ¡Abuuuu! Vale, vale. Me parece esto: ‘Franco llevaba el volante, Ruiz de Alda lo guiaba, y, al compás de los motores, Rada la jota cantaba’. Pista: Sanz es Ruiz de Alda. Abu… ¿Qué? Que te quiero mucho. No me jodas con frases grandilocuentes. ¿Vendrás el jueves, michico? Ya sabes que sí. Es que se me olvida.

09 junio 2011

Razones

Unas razones por las que amo a los-as himalayistas: por el Everest visto por el Kangshung. Porque muchos escriben mejor que el 90% de los que nos ganamos la supervivencia escribiendo. Porque leen. Porque hacen fotos maravillosas. Porque el Annapurna es hermosa, sin duda. Por Messner. Por Wanda Rutkiewicz. Porque, pese a todo, Juanito y Edurne tienen un gran fondo. Por las arrugas de Mari Ábrego. Por la mirada de Alexey Bolotov. Porque no mucha gente sabe que las frases y salidas de Don Whillans están al nivel de las de Groucho. Por el silencio de Jorge Egocheaga. Por su pelo. Porque a todos y todas les queda como un tiro la ropa de calle. Porque ninguno tributa en Suiza. Porque a algunos ni siquiera les llega para tributar. Por sus egos y sus modestias. Porque saben que son muy excesivos, incluso cuando se contraen. Porque nos dejan soñar sus sueños. Por la tranquila sonrisa de Josema Casimiro y Mikel Zabalza. Por una foto de Araceli Segarra, completamente vestida. Por los que no están y los que sí. Porque nunca se sabe muy bien qué pasa allí. Por Miss Hawley. Por dos periodistas de montaña de Pamplona e Irún y sus putos corazones de oro. Porque algunos antes de ir hacia cima fuman, beben y follan, por si acaso. Por Iñaki pensativo quitándose los pellejos de las uñas de la mano derecha. Por Nives Meroi, que escala como los ángeles, escribe mejor que escala, piensa mejor que escribe y vive mejor que piensa. Por su marido, Romano, por serlo. Por los nuevos amigos y amigas que trae. Por los que ahora hablan de circo y en 2001 trataron de televisar la cima del Everest en directo. Por los artículos de Jordi Corominas. Por Carlos Pauner y su cansancio. Por miles de razones más. Por si alguna vez no recuerdo todo esto que tampoco tenía por qué escribir.

08 junio 2011

Cabeza

Creo que con el de ayer son unos 280 martes casi consecutivos en los que escribo –los últimos 100, seguro que sí; ya, ya sé que todos lo pasamos mal, ja-ja, pero, ¡coño!, déjenme que llore aunque sea un rato y aunque sea de broma acerca de este privilegio, que también tienes sus mínimas zonas de sombra- y ninguno de ellos se me ha olvidado que tenía que escribir, pero sé que llegará el día en que se me olvidará, de la misma manera que de pequeños todos hemos soñado que aparecíamos en clase en pelotas. Ayer casi se me olvida. Me acordé al ver a lo lejos a Chivite, con su elegancia innata, perdiéndose al final de una calle. Busqué un ciber –hay que variar- y aquí estoy, por los pelos de Chivite. Sería una novedad, lo de que se me olvidara, visto en el plano positivo. Que se me olvidara y que también se les olvidara a los maquetadores desmaquetar el espacio, como pasó una vez, hace mucho –o igual fue este septiembre, el Antiguo Testamento ya-, que mandé el textito y en aquel caso se les olvidó maquetarlo y bajé a la mañana siguiente al buzón a por el periódico –para leer el resto, que leerse a uno mismo es sado- y pensé: joder, qué día más largo, ¿no? Juraría que he dormido y que ayer mandé el texto y aquí aparece un eclipse parcial en Cork. Me vuelvo a la cama, pues. Y dormí muy bien, una siesta del carnero con copete y doble tirabuzón, de las que te levantas tan ido que te llamas Patricia y te empiezas a pintar las uñas. Hace mucho que no me pinto las uñas, desde que mi hermana mayor me secuestraba para probar texturas. Supongo que por eso tenía pesadillas acerca de aparecer en pelotas en clase, con mi plátano en la mano y las uñas pintadas de lila. Supongo que por eso te digo Chivite que te acabaré regalando ese sombrero blanco que te dije que te quedaría tan bien.

05 junio 2011

Justicia

Sean Penn ya se está pasando un pelo. Menos mal que esta vez me he enterado de todo junto: de su idilio y posterior ruptura con Scarlett Johansson. Es que este tiene de comunista lo que yo de alto: Robin Wright, Scarlett… ¿Qué será lo siguiente, el apocalipsis definitivo: Ingrid Rubio? Mi rival me suele decir que qué me importan a mi estas cosas, pero le contesto lo mismo que me contesta ella cuando la cosa es al revés: una cosa es que haya elegido plato y otra que no ojee el resto del menú. Y eso que a mi Scarlett no me llama tanto –de hecho, a años luz- como Robin. Con lo de Robin lo pasé muy mal. De hecho ya lo pasé mal la primera vez que ví El clan de los irlandeses, que ves la escena de la puerta y ya intuyes que ahí hay demasiada profesionalidad, que Strasberg no llegaba a tanto. No les digo más que no lo pasaba tan mal desde que a los 12 años me enteré de que la vecina del tercero meaba de pie. Lamento la expresividad, pero así era. Un gran tipo, por otra parte. Mi madre nunca supo cómo se le mantenían de bien los geranios a pesar de que durante semanas se le olvidaba regarlos. Hay cosas que a una madre es mejor no contarle. No porque se fuera a escandalizar. Es que si no ni los hubiese regado y es bueno que una madre salga al balcón, se orea. Cuando la vecina se fue a la mili mi madre ganó en color, aunque descubrió que veía mal de lejos, por eso cuando me pide las gafas –alcánzame las largas- me acuerdo de Genaro, que así le llamaba yo a mi vecina. No sé qué habrá sido de su vida. Lo último que supe, porque me lo contó Don Modesto, el cura del octavo, es que estaba de estibador en los astilleros de Gdansk, en un sindicato comunista. Confío mucho en Genaro para que alguien le dé de una vez su merecido a Sean. Justicia poética, creo que se llama.

04 junio 2011

Películas

Llegados a este punto y dicho todo lo anterior, suenan de fondo los Drifters y su sábado noche en los cines, ¿a quién le importa qué peli ves? mientras Mark Knopfler, John Illsey, Alan Clark, Terry Williams y Hal Lindes cruzan bolas en un billar antes de que arranque el Alchemy, el conjunto de doctrinas que trataba de convertir todos los metales en oro. Pero Dire Straits significa situación compleja o desesperada, así que este sábado a la noche, en el PSN y tras el Comité Regional, es más que probable que, en lugar de convertir nada en oro –amén de los propios culos de algunos-, sean capaces de seguir rebozándose en su propia situación desesperada y a nadie nos importará qué peli ven, para mayor desespero de algunos -o más bien algunas- de sus ya no se sabe si antiguas o solamente denostadas líderes ideológicas, caso de Gracia Iribarren –Amaaaaaazin Graaaaaace- o Amanda, que nos recuerda esta semana que para gobernar con UPN no sabe si han hecho este trayecto que de derrota en derrota les conduzca a la derrota final. Gracia, en una carta que seguro que no fue escrita desde el mismo escritorio en el que le son escritas las cartas al omnímodo Jiménez –no confundir con José Alfredo, el de ¡ni nadie que me comprenda, pero sigo siendo el Reeeeey!-, aboga por virar el rumbo tomado hace ya 15 años cuando alguien le sacó el papel a Otano, pero no encuentra respuesta en el cartista oficial del Comité, Fabricio de Potestad, puesto que en los libros de Adorno, Goethe y esta gente no aparece ni una sola mención ni a Otano ni a qué hacer cuando has perdido como por ensalmo el 30% de apoyo porcentual electoral. Sea como fuere, poco le importa esto a quien solo gusta de ver películas de las llamadas de autor, esto es, de las únicamente erigidas para su propio deleite.

03 junio 2011

Mucho decir

Las canciones de Leonard Cohen están apiladas en estantes en el cielo. Si te pones de puntillas y estiras mucho el brazo, puedes llegar a rozarlas, aunque jamás las alcanzarás, si él no quiere. Cuando él se pone delante de ti y las canta es cuando las baja a tu altura y entonces el mundo es un sitio tan hermoso, tan claramente hermoso, que te besarías los párpados, si pudieras llegar a reaccionar. Pero no puedes. Te limitas a asistir a aquello sin desnudarte entero y ponerte a gritar, ni salir a la calle y comenzar a saltar sobre los charcos. Te callas y tratas de ni siquiera pensar, para que tus pensamientos no emitan ruido. Las canciones de Leonard Cohen tienen el poder de aniquilarte y dejarte derrotado y feliz. Dicen, algunos, que es un poeta de la contracultura. Nadie sabe qué es la contracultura, más allá de un término en el que alinear a los artistas en la tierra, que no deja de ser más que un lugar sucio y bello y plagado de problemas y en el que la costumbre y la pereza conducen a las etiquetas, como si escribir sabes que está medio loca y por eso quieres estar allí fuese contracultura, cuando no deja de ser una realidad absoluta de la vida. Cohen gana premios y al fin y al cabo es lo de menos, aunque sea agradable comprobar que el talento que cruzará los siglos hasta que suene el último disparo finalmente está siendo reconocido. Dicen que Cohen canta canciones tristes, cuando todo el mundo sabe que no hay canciones tristes, solo personas que están o no tristes y que escuchan canciones, pero, aun con eso, ¿a quién le importa qué dice quién y a quién si Cohen canta hay una grieta en todo, por ahí es por donde entra la luz? Cuando Leonard Cohen baja sus canciones a tu altura, te das cuenta de que absolutamente todo ha merecido la pena. Y eso, es mucho decir.

02 junio 2011

Sin anís

El alcalde de Villar del Río, como les debía una explicación a sus vecinos, se la dio, como alcalde suyo que es. Les envió una carta, llena de letras. Ustedes, como tienen cosas importantes que hacer, la habrán leído de delante hacia atrás, pero yo, que deambulo, la he leído también de detrás hacia delante. Y he descubierto un milagro: ¡es un palíndromo! Un palíndromo es una de esas frases o textos que tanto le gustaba encontrar y crear al bueno de Peter de Miguel y que significan lo mismo se lean como se lean, como, por ejemplo, Átale, demoníaco Caín, o me delata. En el caso que nos ocupa, la carta que ha enviado el Señor Cangrejo a los moradores de su río, sucede igual, porque dice lo mismo la leas como la leas: nada. Esto, tratándose de un texto de unos 4.000 caracteres, solo está al alcance de mentes muy privilegiadas y preclaras, léase expertos en criptología, en la historia de los haikus japoneses o por redactores de cartas del PSN. Algunas voces expertas –en concreto un argentino y una ucraniana, que es muy puntillosa- apuntan a que entre los intersticios que dejan las palabras –vamos, los jodidos espacios- palpita el arrobado guiño del PSN a UPN y, yendo más allá –por lo menos hasta Cortes-, la presencia en el río socialista del llamado Cangrejo Señal, que estaría efectuando la labor de despiste en beneficio de su verdadero promotor y sostenedor, el autodenominado como Cangrejo Autóctono, ante lo cual la otra especie habitual de los ríos navarros, el Cangrejo Rojo, poco puede hacer. A mí esto, en realidad, me importa una higa, porque yo soy de truchas, pero cierto es que hace años que no meto la mano bajo las piedras por miedo a un pellizco. Pero así están los ríos navarros, hechos una pena. Y todo esto hay que tragárselo, como escribió Peter, sin anís.

01 junio 2011

Naranja

Buena tarde la de ayer para cometer robos en Pamplona. O hurtos. Ustedes quizá no conocen la diferencia porque no les han robado –o hurtado- una moto y porque no han recibido una clase magistral de 45 minutos por parte de un municipal de Barañáin como la que recibí yo ayer justo hace 10 años. Resulta que me había ganado una moto scotter naranja chula que te cagas en un concurso nasioná de preguntas para frikis del deporte y me duró un mes. Iba yo con mi moto, como dice mi rival, más tieso que un ajete. Era todo casco. Una mañana de resacón la dejé aparcada en Barañáin, saqué la prensa del asiento para ir a casa de mis suegros y me dejé las llaves puestas. El único hijoputa que pisaba Barañáin aquella mañana pasó por allá y me la hurtó. Porque eso me lo dejó bien claro aquel municipal reconvertido en teclista a 30 pulsaciones la hora: a usted se la han hurtado, no robado, porque ha sido sin usar la fuerza. ¿De qué color era la moto? Así estuvimos una media hora. Si no le dije naranja 20 veces no se lo dije ninguna. Se le enganchaba el calco en la máquina de escribir y vuelta a empezar. No retenía. No fue una denuncia. Fue el puto Informe Warren. Lo pasé bien, mientras mi rival hacía el pinopuente contra la fotocopiadora, de las propias carcajadas. La moto, lo que quedaba, apareció a los meses en un cuarto de ascensores y tuve que ir a recogerla a la Guardia Civil. Me la entregaron en una bolsa de basura negra: ahí están sus pertenencias. Cada año pago 4,50 euros de permiso de circulación. Intenté darla de baja en el Ayuntamiento de Pamplona, pero no me dejaron. He ido 12 veces a Tráfico, pero la magnitud de la cola y los horarios caribeños pueden más que yo. ¿Los que vinieron ayer roban o hurtan? Aquel municipal de Barañáin lo sabe seguro. La moto era naranja.