30 octubre 2011

Las 8


He dormido fatal, de poco. De 12 a 3 menos 10. Y eso que soy de los que se levanta antes de que cante el gallo. Por joderle, que me pone. Me levanto antes de que cante él, me asomo a la ventana eres la chica de ayer y le despierto yo: ¡gallo, cabrón, con esa mierda voz no te vas a comer un plumín! Nos llevamos bien. Pero esta noche me he levantado a las 3 menos 10 y ni estaba, andaría cerrando bares. Dentro de los bares, me refiero, que es un gallogolfo, así tiene la voz, que tiene más Sabina. También hace versitos para Público, el gallo, pero no se los publican. El caso es que me he levantado a las 3 menos 10 para que cuando dieran las tres no me pasara como el año pasado, que me agobié, que no sonó el despertador, bajé hasta el reloj de la cocina –el único de cuerda de la casa- a las 6 para poner que eran las 5 y como soy de tensión baja –y eso que Iberdrola me cobra por 4,4 kW, los muy ratas- y se ve que tenía la mano muerta por una mala postura o algo pues se me fue la muñeca, cogí vicio y dale que te dale a la rueda acabé en 1984, xactamente un día de primavera que no recuerdo pero sí que de labor y media mañana –porque estaba el bar de abajo lleno funcionarios- y hacía bueno y el gallo era jovenico. Oye, un susto de la hostia. La casa sin reformar –menos mal que los antiguos inquilinos estarían de puente o así, menuda situación-, ni un cigarro en casa y fumándome encima, la puerta cerrada por fuera, ni prensa ni nada y la tele rota y dentro un jarronaco flores con el agua podrida. Así que esta noche he sido previsor y tengo sueño pero bien, pero no tan bien como el año pasado, que aquella tragedia acabó porque llevaba el móvil en el bolsillo qué suerte y entonces llamó mi madre y fue oír su voz y todo volvió a su ser. Puto gallo, las 8 y sin volver.

29 octubre 2011

Buen menú


Siendo tan lamentable que no merece ni la pena referirse al postre –aunque leer lo que dijo Bakartxo Ruiz certifica que políticamente sigue habiendo mentes en ruinas-, centrémonos en el primer plato, que los chinos durante años oí yo que solo comían un plato de arroz al día y con eso tiraban, mal, pero tiraban. Un plato de arroz. El jueves cené con alguien que sabe de qué va el tema éste de las cocinas de los hospitales y mientras nos meábamos de la risa y la indignación aunque sin obviar que haya cosas que cambiar, aprovechamos también para reírnos amén de mearnos. Él preparó el menú imaginario que quizá nazca de la privatización –aunque ahora le llaman externalización, cualquier día a dar por culo empezamos a leer que le dicen internalización- y esto que sigue es tan verídico como lo bien que cenamos: de primero, Omeprazol en juliana, seguido de destellos de sorbete de suero, lámina de filete de gallo al Grand Manier, sopaboba, marisco en foto, olor a carne y, de postre, copago. Luego terminamos de cenar, continuamos oyendo batallas de los más de 10 que estábamos sobre otros frentes tan o más indignantes relativos a empresas públicas, a proyectos medio paralizados con financiación pública y rendimiento privado, referencias reales a excargos públicos que dejan la primera línea y siguen pero en segunda –enternecedor ver a Juan Ramón Rábade, ex Director de Interior y de Salud (la Salud es que siempre se refiere al Interior, a lo internalizado), como director del Hospital de Tudela en la tele defendiendo la externalización y ‘lo efectiva que es’ (sí, como las metralletas)- y todo eso en medio de carcajadas de doler la tripa y luego ya nos pusimos a hablar de lo importante: de mujeres y de hombres. Y así se cobija uno de tanta tormenta y qué suerte tenemos, todavía.

28 octubre 2011

Salvaje


A los políticos les subiría el sueldo, al menos hasta situarse a mi altura, un quinto sin ascensor. Esto sé que igual no es muy popular, pero lo haría. Por supuesto, no a la gran mayoría de los actuales. A mi un Consejero de Educación que se pueda permitir el lujo de llevar a su prole a un colegio privado y caro me parece una decisión cuestionable, mucho, desde un punto de vista público, pero jamás desde un plano personal. Iribas creo que gana poco para la responsabilidad que tiene. Bueno, la frase anterior es un error. Quería decir: un Consejero de Educación. Iribas gana demasiado. Esto siempre teniendo en cuenta que mientras no le demos fuego al sistema de sectas –joder cómo estoy, quería decir de partidos- es el único que tenemos y que al poder de la clase que sea siempre le interesa gente medio pagada. ¿Qué 60.000 euros es mucho? Eso ya opinaremos, pero tendría que haber unas condiciones, claro. En primer lugar, los Fermines Alonsos, Sayases, Eceolazas, Chivites, Maiorgas y demás, un mínimo de 10 años previos en el mercado laboral. Luego, un examen, serio, muy serio: de capacidades de toda clase. Si nos follamos 102 plazas de nivel E y somos capaces de hacerlo pese a lamentar las “situaciones personales” –Señora Lobo dixit- a qué no lamentar que estos tengan que meter codos un año como los del nivel E para ver si pueden ser dignos del Nivel A Superior para un mínimo de cuatro años. El examen ya lo miraríamos entre gente de los distintos gremios, que nos quedaría muy mosaico pero fardón. Esto lo digo muy en serio. No hay nada más inútil que un parlamentario que cobra 20.000 euros –ya, el 50% no llegamos a eso, pero resulta que de su voto depende que nuestros hijos se eduquen así u asá, o que la comida del Hospital nos la haga éste o aquel: son temas importantes- y por la tarde está a sus cositas y a la mañana en Twitter. Profesionalización total, exámenes y revisiones, objetivos, evaluaciones y el 90% de los actuales a buscarse la vida. Esto nunca saldrá adelante, pero yo les subía el sueldo ya. Para muchos, llegar al quinto sin ascensor sería un ochomil imposible. Y a mi encanta el Himalaya. Salvaje y bello, pero con unas putas normas. Éticas.


pd: en la imagen, Ueli Steck habla con Horia Colibasanu en una foto tomada por Simon Anthamatten en el intento de rescate de Iñaki Ochoa de Olza. Ueli y Simon perdieron un año de entrenamiento de Nivel A Superior por ir a buscar a un semidesconocido.


27 octubre 2011

Fatal


No les he contado que en 1º de BUP me expulsaron cinco días del cole por “liderar una revuelta de insultos” contra un antiguo profesor. Vamos, nos portamos fatal, incluso nos dimos cuenta mientras pasaba –yo me quedé en la sombra, es que soy pequeño y flaco- y desde el patio atónito nos miraba aquel hombre, que qué culpa tenía de nuestras hormonas: ninguna. Pedirle perdón ahora es cínico, hipócrita y tarde y mal. Le jodimos el mes. Al volver tras la sanción –dije a todo que sí, porque era obvio que fui de los tres que empezó y me escondí como una rata…-, al volver tras los exámenes –no pude hacerlos y penqué todo menos Gimnasia-, puse un póster en clase de un mono envuelto en papel higiénico rosa y aquello no se entendió muy bien –yo tampoco lo entendí, jaja- y me cayó una semana íntegra más en galeras. Mi madre cuando se lo conté me miró –me estaba sangrando la nariz en la bañera y aproveché para decírselo entonces, a ver si se ablandaba- y, aunque siempre ha sido muy comprensiva, soltó: ¿qué he hecho mal? A partir de ahí, espabilé, al menos en eso. Si llega a decir ¿qué hemos hecho mal? me hubiese costado más, pero al asumir ella su culpa en individual me di cuenta de que la culpa era mía, de nadie más, y que ni aquel profesor tenía nada que ver, ni mis amigos, ni mis padres, ni el tutor –que es cierto que nos enfrentó a unos con otros y solo logró que 20 años después sigamos soñando juntos-, ni el mono. Hoy hay huelga de profesores y el Consejero dice con su ignorancia y mala fe que “es una huelga política”. Dejar, como hace él, en manos de los demás y el éter la propia responsabilidad me hace recordarme a mí, riendo lejos de aquellas ventanas y aquella miseria, sin darme cuenta de que nos estábamos insultando a nosotros mismos. Pero luego me sangró la nariz.

26 octubre 2011

Sonrisa


Soy pésimo escribiendo títulos, por falta de talento y porque creo que -algunas veces- lo que empieza mal puede acabar bien. Si por mi fuera, les he dicho más de una vez que no titularía los textos y si no tuviera ego ni siquiera los firmaría y me bastaría con que unas pocas personas supieran que esas bobadas las hago yo. Pero dicen que el mundo no va así. En cambio, tengo un título de los miles que he puesto desde hace 20 años que nunca se me ha olvidado y que no olvidaré jamás y no me pregunten por qué no recuerdo otro tanto, intuyo que por algo parecido a eso que canta El Maestro de que hay gente que no olvidas aunque la hayas visto solo una o dos veces. Ese título es De entre la niebla, Chente. Es haberlo escrito y les juro que me pongo a mil, porque recuerdo perfectamente cómo fue aquella etapa, cómo había sido la carrera deportiva de Chente hasta aquella tarde de septiembre de 1997, qué vacío estaba el mundo y nuestros enfermos corazones en la temporada de 1997 con Osasuna en Segunda e Induráin recién retirado y qué niebla tan espesa cubría ese día El Naranco hasta de que entre ella salieron los dientes de Chente para adjudicarse la etapa de la Vuelta a España, algo que no había logrado un solo ciclista navarro desde hacía 31 años. Le estoy viendo en la rampa final con la cámara fija de meta sonreír de felicidad y la siento ahora mismo, como la siento al ver en casa una VHS grabada de su victoria de etapa en el Tour y cómo dejó a Nicolas Jalabert y Pascal Hervé y como grité de rabia en un bar de Estella el día que Nardello le ganó por medio tubular y aquel día que se empanó ante Juanmi Mercado o aquel Mundial de 1998 en el que fue jefe de filas y acabó el 13º. Veo todo eso, pero sobre todo esa sonrisa, que nos sacó de la niebla cuando más falta nos hacía.

23 octubre 2011

Fino fino


Estuvo muy bien Matías Rodríguez Inciarte, presidente de la Fundación Príncipe de Asturias, en su discurso durante la entrega de premios. Muy bien, educado, elegante y, como dice mi amigo Iban, fino, fino. Lo terminó con un verso de Leonard Cohen: nos negamos a darnos por vencidos y llamar poesía a la oscuridad. ¡Qué grande y ajustado, don Matías! Luego habló Cohen y rompió la baraja y, como también dice Iban y Cohen es lo siguiente a elegante, no hizo referencia a la referencia hecha por don Matías, juez de línea, sino a una historia preciosa y también oscura, porque la poesía, don Matías, sale de donde le da la gana. Si Cohen fuese un poco menos elegante, le hubiese dicho a don Matías: ¡váyase usted a la mierda! Pero no lo hizo. Porque quizá de haber sido don Matías otro, hubiese escogido este verso de Cohen: los ricos tienen sus canales en los dormitorios de los pobres. Pero no lo hizo, supongo que al ser don Matías desde 1994 Vicepresidente Segundo del Banco de Santander, amén de ex ministro y presidente de la Fundación ésa que da los premios junto con el Príncipe de la VPT y la altra, que llevaba en la cabeza una especie de taxi con las cinco puertas abiertas y que no paraba de mirar a Cohen, algo lógico, y que, como el altro, aplaudía el momento lírico de don Matías, que es un usted un lírico. Pero don Matías no cerró su discurso con ese verso, cuando habría sido una oportunidad, francamente, de oro. O con primero tomaremos Manhattan, después tomaremos Berlín; o los pobres permanecerán pobres y los ricos se harán más ricos; o solo ellos saben lo que han permanecido callados, pero entonces igual la altra y el altro no hubiesen puesto morritos y sí mohines y allí se va a lo que se va, a la lírica. Con dos cojones, don Matías, queda usted renovado. Lírico, oscurito.

22 octubre 2011

Gorriones


Y ahora hablemos de Ciencias, ya que tras leer según qué dudo de que estudiara lo que estudié y que me cobraran una pasta por darme un papel firmado por el Gey que no sé por dónde anda –el papel, digo-. Hablemos de Ciencias, ya que de Letras ya habló ayer el Gerente del Servicio Navarro de Salud, el cargo público con el sueldo oficial más alto del gobierno –unos 86.000 Eurípides-. El gerente, que de ramita en ramita del erario público viene transitando como un gorrioncillo desde allá queda 1996, dijo que ‘la externalización de las cocinas del Complejo Hospitalario no es una privatización’. Jiji. Es el jodido Cortázar de las letras, el tipo, qué talento. Lo argumenta diciendo que como ‘el SNS será el garante, externalizar’ no será privatizar y que el condicionado del concurso valorará que los eventuales actuales entren en la empresa privada adjudicataria. Como si no supiésemos cómo van los condicionados, qué ofertas a la baja de costes hacen las empresas para pillar la adjudicación y por dónde se los meten los condicionados y los eventuales –actuales o futuros- en un par de años cuando el SNS sea menos garante y estéis externalizando otras cositas, hasta la externalización final como Buzz Ligthyear. Mire San Juan de Dios, mírelo, maestro de las palabras y de las ramitas. Me cago en el condicionado, así, a pies quietos. Por supuesto que hay que ordenar -¿por qué no cargarse a los tarugos-as que han llevado esto hasta aquí?- pero como la comida no sea digna y no llegue a su hora y sobre todo las personas que la hagan y la sirvan estén reventadas de curro y presión y sueldomierda, al que habrá que externalizar será a usted, simpático, liberal –menos pa cobrar- y leído gorrión de a 86.000 de nuestros externalizados bolsillos. Y a su jefa, la Señora Lobo de Pulp Fiction.

21 octubre 2011

Me acuerdo


Me acuerdo de mi hermano diciéndome a ver si bajo con él a estar callado 15 minutos. Me acuerdo de mis compañeros y compañeras que, pese a los trazos de sus medios, ayer fueron felices y llegaron al llanto. Me acuerdo de hablar con amigos de que si el tiempo dedicado a esta cuadrilla de cabrones lo hubiésemos podido dedicar a algo positivo viviríamos en un sitio seguro que injusto y cabrón pero mejor y sin tanto dolor desperdiciado. Me acuerdo del cura de Orbaitzeta, José Luis, y su Vespino azul y su bondad extrema siendo masacrado por decir lo que diría cualquier ser humano no enfermo: ¿por qué han matado a nuestro vecino, quién, cómo? Me acuerdo de José Luis preguntándose lo mismo ante los infinitos más asesinatos cometidos por los salvapatrias pero eso no salió en la prensa. Me acuerdo de mi madre contenta porque esa llamada a las tres de la mañana de un sábado de cada cuatro no era que a mis hermanos les hubiese pasado algo sino que o una piedra o una pelota de goma habían vuelto a reventar el escaparate de la tienda de mi padre en lo Viejo. Me acuerdo de mi padre saliendo enfadado con el pantalón mal puesto pero en el fondo contento porque solo era un cristal pero en el fondo triste porque no era solo un cristal. Me acuerdo de los amigos de Alfredo Aguirre jugando al baloncesto contra nosotros y sus miradas decididas y perdidas. Me acuerdo del extremo dolor y rabia de miles de víctimas y no podré jamás ponerme en su lugar. Me acuerdo de los que no han sido utilizados por unos o por otros. Me acuerdo de todo y de nada y ha sido tan largo que no me lo puedo creer. Me gustaría acordarme de no acordarme de esto jamás y también no olvidarlo nunca. Espero acordarme del 20 de octubre de 2011 y que también ustedes, que se acuerdan de lo mismo que yo o más.

‘Field Commander’ (columna enviada al Noticias antes de las 19.00 del 20-10-2011 y que finalmente no saldrá)


Había en San Lorenzo con Jarauta hace miles de amaneceres una tienda especial. Estaba al lado de donde luego se puso otra cosa especial, ese París 365 que se adelantó, como siempre, a los políticos, y vio que de tanta dieta y tanta piedra no les iba a llegar a muchos para una dieta frugal, la que nos distingue de las piedras. Esa tienda era una tienda de discos que eran imposibles de encontrar en otras. Su dueño también era especial, lo que no es ni bien ni mal, pero podías pasar allá la mañana en lugar de ir a clase a que te explicaran la diferencia entre el padre, el hijo y el espíritu santo. Sé que han cambiado mucho y para bien las clases de Periodismo, pero a algunos y algunas nos recetaban aquello y mil banalidades más en un plan quinquenal para asesinar el bolsillo de nuestros padres. Así que ibas a aquella tienda a aprender otros asuntos y con lo poco o mucho que ganabas trabajando te pillabas uno de la Creedence en Estocolmo’69 en el que Doug Cosmo Clifford hacía estallar la sala con sus baquetas en Midnight Special y un VHS de El Maestro en Toronto’90 que como mucho podías encontrar en la calle Tallers de Barcelona y algo de Pete Tosh que la noche anterior os habían puesto el Óscar, Luis y Julio justo enfrente en el Zagit –junto con varios TíaMarías con canela- y si ya tenías mucha pero mucha suerte localizabas una actuación rarísima de Leonard Cohen en la ZDF en 1979. Perdí aquel vídeo de Cohen, en el que brillaba La ventana, pero la escuché ayer en youtube y pensé la suerte que tuvimos nosotros de que tíos especiales montaran tiendas especiales y la que tienen y tenemos ahora de que otros tipos crearan webs especiales. Pero sobre todo pensé la fortuna que tenemos todos de tener a Cohen, después de tanto amanecer. ¡Field Commander Cohen, a sus versos!

20 octubre 2011

7.000 años


Nos la estábamos midiendo. Aunque no tenía sentido, porque era obvio que la suya era más larga, pero él se empeñó. Coge ese rollo amarillo pequeño, me dijo. Ya lo sé, tengo uno en casa, es de metro cincuenta. ¿Dará?, le contesté. Santiago tenía una nariz enorme, la verdad, pero le gustaba que nos riéramos y yo me volvía loco riéndome con él. También tenía 57 años más que yo, unos pantalones azules de arrantzale aunque jamás vio el mar, una camisa de cuadros anchos negros, azules y blancos de felpa, un jersey verde para los días de frío, una boina negra, una piedra con la que durante horas afilaba la talla delante de la puerta del corral de las vacas, papelillos de fumar y tabaco de picadura, el buen humor más maravilloso con el que me he cruzado nunca y una mujer que incluso era mejor que él, lo que es inverosímil, y que aquel día estaba ingresada en Pamplona, que era las únicas veces que bajaba a Pamplona. Esa tarde nos la medimos, claro, ganó él –no por mucho- y estábamos a punto de ver algo en la tele aunque él la veía de medio lado haciendo como que dormía y pasaron dos turistas y le preguntaron que a ver qué años tenía ese hórreo que había delante y a ver si era suyo. Santiago, asomado desde la ventana del cuarto de estar cocina, les contestó: sí, es mío. El hórreo tiene 7.000 años. Cerró la ventana, imperial, y estoy ahora mismo oyendo su risa y sus costillas chocando unas con otras y doy gracias al mundo por haberme hecho caer en aquel pueblo y en aquella casa desde que nací. Cuando leo cosas como recolocaremos a los de cocinas de los hospitales (Marta Vera) o el alumno es el centro de la educación (el presidente del Consejo Escolar) recuerdo que para mentir tan bien y exagerado como mentía Santi hace falta tener su inmenso corazón. Y se lo llevó.

19 octubre 2011

Provisional


Está todo provisional. Me encanta, porque no tiene nada que ver con lo que te enseñan de crío. Ni siquiera con lo que te siguen enseñando de mayor: cómprate esta casa, ven de viaje de novios a Bali, asciende en tu empresa, haz este curso inútil y seguirás sin tener ni idea de cómo rellenar tu tiempo pero podrás decirle a los amigos que haces cursos y que te sirven. También están bien las cosas que duran, no diré que no, mi mochila verde cumplió en agosto 27 años y ahí la tengo, hecha una fiera. Lo provisional, que se me olvida. Es por ejemplo lo del Gobierno de España –o del Estado, según quien hable: estado gaseoso, mineral y vegetal, por ejemplo. Los horteras ya dicen estado de buena esperanza y los campeones del mundo estatal de la cursilería hablan de la dulce espera, que es lo que hago yo cuando hay cola en Toto’s-, que llevamos un año que Zapatero es como el Navarro Ausente. O el de aquí, sin ir muy lejos, que de tan surrealista que está siendo todo piensas: ¿Barcina, además de querer ser Ministra, tendrá opciones reales de serlo si gana el Poulidor de la política? Es un jebecito constante, que dice Bryce Echenique, que viene a ser si leo bien que te metes ahí y no sales: Barcina, Rajoy, Rubalcaba, el Cangrejo, Javier Taberna, Aznar con la FAES, Sanz con Audenasa y de ahí te sale Aizpún, José Ignacio Palacios al Congreso –y Pérez Lapazarán, que tiene nombre de pastel francés- y Molinero en CCOO y en qué año estamos. A lo que iba, que está bien la provisionalidad, pero tanta y tan bien pagada para que siempre sigan los mismos es una provisionalidad muy rara. En cualquier caso, es obvio que todo es relativo menos Bob Dylan y que la peor resaca para la cabeza es la de pacharán. Y ninguna de esas dos excepciones es ni casualidad ni provisional.

16 octubre 2011

Itinerante


Que me entere: ¿HB se presenta o no se presenta? Quiero decir, que en los 80 había TVE-1 y la UHF y no tanta TDT, que no se entera ahora uno de nada. En los 80 estaba la ETA, estaba HB y estaba Arzallus. Y la TNT. Y con eso y una litrona echabas el finde. Ahora, hagan el esfuerzo, imaginen que son ustedes de Murcia. El esfuerzo mental, me refiero. Ustedes son de Murcia y prenden la tele nasioná y oyen: Bildu y Amaiur, a la espera del anuncio de ETA, para posibles fusiones con Geroa Bai, Zabaltzen, PNV, Batzarre, Atarrabia Taldea, Aralar y el Bar Cantábrico de Tolosa, que se apunta a un bombardeo. Ustedes son de Murcia y qué hacen. Lo mínimo es apuntarse a un barnetegi. Yo de hecho estoy a punto de montar uno para cuando la ETA tenga a bien concedernos su puta gracia, una especie de cosa itinerante y tal, con exposiciones así como las que hace La Caixa para conocer el cuerpo humano. Te pillas una furgona grande molona, le pones así en la parte de arriba un palestino gigante y unos cuantos lauburus y arranos y eso y unas escaleritas para que no se estozolen las abuela al subir y vas por la geografía enseñando euskera y dentro unas maqueticas hechas con palillos explicando todo el cimborrio y la historia y tal y que de vez en cuando vengan a soltar su peñazo Floren Aoiz o Zabaleta o peña así y le metes un poco de Vídeos de Primera que si no los chavales se aburren, lo cobras a unos tres euros más consumición (cinco si quieres talo) y ya hay un parao menos y construyes país que te cagas. Y vas a ver si además no te la subvencionan y todo, que buenos somos aquí subvencionando, y si es país ya ni te sumo. Esto obviamente ya lo tengo patentado porque en Madrid hay mucho listillo que querrá hacer competencia desleal, así que ¿HB se presenta o estaba de parranda?

15 octubre 2011

Avanti


Al tercer día del 15-M, me pasé por allá, tal y como había hecho desde el 15-M, que ésta del tiempo es una de las ventajas de esta vida extraña –si crees que no hay precio que pagar por este dulce paraíso, recuérdame que te enseñe las cicatrices (El Maestro). Por allá por el ayuntamiento en el que ahora tenemos a New Kid in Townhay muchas cosas que tú deberías haberle contado a ella- y en el que el 15-M había, contadas, 20 personas. No sé si de aquellas 20 saldrán hoy muchas, pero creo que sí. Yo, como siempre, me puse lejos, por no rebajar el nivel de pureza, vamos. Al tercer día, prosigo, vi allá sentaditos a muchos y muchas y por ejemplo y entre otros a los que llevaban la comunicación y marketing del Circuito de Los Arcos. Y entonces las gónadas se me desprendieron pal firme y por ahí deben de andar, junto con las dietas de Maya, su aniquilada imagen como político desde el primer día por no haberle dicho a ella que mira ahora el alcalde soy yo y Asín como que bien y tú a lo tuyo y alguna minucia más. Es que, no sé, un cierto decoro habría que tener, digo yo, como el que ahora nos quieren intentar hacer tragar la Suprema y el Cangrejo –Miranda como ya ha superado esos miedos se clava él solo en la pared tan feliz-, a los que en este preciso instante lo de las dietas no les parece bien. Otra vez las gónadas campaneando, jaja. Y algunos discursos mediáticos del tipo nunca es tarde y la transparencia es lo primero y súbete aquí y verás La Higa. Vamos, que lo mismo hoy tenemos a la Suprema y al Cangrejo y a su coro de ángeles sentaditos en el suelo con los de Los Arcos –estupenda gente, seguro-. A mi no me han de pillar, que tengo sueños que soñar, pero sigo quitándome el cráneo ante la idea y los que la llevan adelante, pese a algunos apegaos. ¡A desalambrar!

14 octubre 2011

Y así


Columna gremial, absténganse los que odian a los periodistas porque sí, los tipos de corbata vendehumos y paracaidistas inútiles del marketing –qué farsa- con sueldos indignantes que creen poder convertir el periodismo en cliché y por tanto reducir el cerebro de los lectores y, en general, jefes aburridos y vagos y pedantes y salvaculos y accionistas que no distinguen una frase de una fresa y para terminar todos aquellos y aquellas que no apuestan por los equipos humanos y las personas y no dejan de lado su incapacidad para que brille la capacidad ajena. Esto es: este es un texto exclusivamente dedicado desde esta privilegiada esquina a todos los compañeros y compañeras que se parten la cara a diario –a los que se la parten, no a los que vegetan, que los hay. Para eso, mejor dejarlo, como hice yo, por falso- para hacer periódicos en este poblao y radio y televisión, pero especialmente a los de los periódicos, acosados desde fuera y dentro por ya no solo una crisis económica sino de compromiso: el periodismo o es periodismo o es una puta mierda. Hablando más claro: el periodismo, ya esté hecho en Somalia o en Potasas, o informa y a la vez cuenta historias tristes y alegres y emocionantes y duras y por tanto sirve a la gente para hacerse una mejor idea de dónde vive y con quién y dónde querría vivir y con quién y haciendo qué o entonces no sirve para nada. Sí, para llevarse un sueldo a casa. La vida es dura, vale, pero desde aquí reitero mi admiración hacia todos los que pese a horarios, presiones, envidias, hipocresías, apreturas, falta de medios, tiempo y estímulos siguen siendo capaces de que aún siga mereciendo la pena bajar al kiosko. Dani, Ana, María Jesús, Bergasa y demás: enhorabuena. Lo merecéis tanto como otros tantos y tantas. Jamaica o muerte. Venceréis.

13 octubre 2011

Mucho más


Goma de borrar, blanca, olor a nata, con una esquina rota. Lápiz número 2, mordisqueado. Rotulador fluorescente rojo, verde, amarillo y naranja, chafados por las puntas. Agenda con el santo del día y un poema, hoy En este instante de José Agustín Goytisolo. Folios Galgo y el perro silueteado a lápiz y en el hocico del perro dibujada una pelota con franjas rojas, verdes, amarillas y naranjas. Un flexo incandescente, tapones de cera, una silla de lamas que tendría que cambiar , un café enfríado, una pasta a medio roer, una papelera que fue paragüero cargada de bolas de papel y sueños, una foto de una niña. Ocho a una, cinco a ocho, ocho a una, cinco a ocho, ocho a una, cinco a ocho. Una sonrisa.

Goma de pelo, verde, con olor a pelo, con una muesca que cederá. Lápiz partido, acolchado con esparadrapo. Pastilla fluorescente roja, verde, amarilla y naranja. El ‘Zaragozano’ y para octubre ‘tiempo apacible, húmedo y de buen temple al principio’. Una caja de pañuelos de papel sin pañuelos y dentro en una esquina adherida la mitad de un caramelo de fresa. Una foto de una niña. Una mesilla llena de cajones vacíos forrada de papel con dibujos de gallinas clavado con chinchetas y las puntas hacia arriba y un agujero y por debajo del papel la mitad de un caramelo de fresa. Una ventana que no abre, una puerta que no cierra, una luz que se enciende y se apaga sola. Nueve a veintidós, nueve a veintidós, nueve a veintidós. Una sonrisa.

Mami, ya no tengo que estudiar más. ¡Y podré venir todos los días! No hace falta, hija, la carretera hasta Alsasua es peligrosa. ¿Sabes?, me han dicho que ya estoy curada y que vuelvo a casa. ¿Y cómo te voy a cuidar? Tranquila, yo cuidaré de ti. Como siempre. ¿Has aprendido algo hoy en el cole? Mucho, mami. Cada día aprendo más. Cada día mucho más.

12 octubre 2011

Podadera


Mi padre podría ser Consejero de Economía. Está reprobado. Quiero decir, más que probado, no como Miranda, que por más que probemos a tratar de entender cómo no ha cogido la puerta –metafóricamente, aunque a saber, tras lo de las dobles dietas de CAN- no hay manera de reprobarlo. En casa, en cambio, tenemos reprobado que mi padre a la hora de podar no tiene rival a este lado del Irati. Mi padre se levanta cuando el sol despierta Garralda, coge la mochila, luego el coche, se vuelca un café por encima, lee la prensa, se hace un monte de horita y media, vuelve a casa, se mete al río así nieve, enreda, come, enreda, siesta, se levanta y a partir de ahí poda. Todo lo que pille. Te recorta medio monte en una tarde, ya sea con las tijeras de filo largo como con las naranjas cortas, que las guarda en un lugar secreto para que no sepamos dónde están: en la mesilla de su cuarto. Todo ello lo hace con camisa de leñador y pantalones de pana, para sudar bien y así volver a meterse al río y luego enredar, cenar, enredar y a la cama. Un día tipo, vamos. A mi padre le dejas delante el Josefina Arregui y no deja en pie ni la Jota y a esas seis camas concertadas les sierra las patas. Bueno es. Estamos en mitad del monte y parece eso el green del hoyo 18 de Saint Andrews. Con la educación pública también lo bordaría, incluso le robaría a la abuela las tijeritas enanas que usa ella para quitar hierbajos y que ella guarda también en un lugar secreto –el cajón de la mesilla de mi padre: ¡en esta casa no hay quien encuentre nada!- y en un cursito tenemos un cole público con una profesora y 12.000 niños en el patio y 8.000 de ellos hijos de inmigrantes, no vaya a ser que los de subvencionada se tiñan. Mi padre con una podadera en la mano es Dios y de ahí al río. Y a vivir. Reprobado.

09 octubre 2011

Última vez


Octava vez que comienzo este texto, yo, que casi ni rehago ni miro hacia atrás. Octava vez que escribo que gracias Steve Jobs por sin duda hacer del mundo un sitio diferente aunque no sé si mejor, ya que creo que solo nosotros mismos somos capaces de uno en una y mirando a nuestra calle de hacerlo mejor así hayan cambiado las herramientas de que disponemos, pero, en cualquier caso, gracias. Octava vez que lo borro todo y me siento un inútil, porque no hace ni media hora he leído el primer y último libro de mi vida que recomendaré aquí aunque sea lo último que haga, que recomendaré incluso a pesar de que su autor pase por ser eso que llamamos un conocido, que no es un amigo porque no recuerdo el nombre de su hija y del que hasta hace nada desconocía que su padre hubiera muerto cuando él tenía tres años. Octava vez que tengo tantas palabras y sensaciones y emociones que tengo que salir a esta ventana desde la cual las nubes no me dejan ver qué me cantan las últimas estrellas que se marchan con el amanecer para ver si me muestran qué decirles a ustedes y cómo explicarles sin resultar ridículo que me he leído de un tirón de tres horas silenciosas Dios nunca reza de Patxi Irurzun y que lo juro por las estrellas y también las nubes que me lo he subrayado entero y que he llorado a hipos casi a cada página y que me he reído como hacía tiempo y que me ha destrozado su ternura infinita y su humor devastador y su valiente autocrítica y su increíble capacidad de análisis social de esta sociedad y esta Pamplona a través de detalles diarios y frases simples y cortantes y ya para mi legendarias. Octava vez que escribo que no tengo más palabras, Patxi, porque las tienes todas tú, y que gracias gracias y gracias por compartirlas y que última vez y que lo siento. Eres un ángel.

08 octubre 2011

Trabajar


Siempre he querido ser guionista de Corazón Corazón –tiene que ser épico escribir que La Princesa Letizia hizo gala un año más de su discreta sencillez a la vez que picas unos txaskis y te limpias el aceitazo que se te ha quedao en los dedos en la camisa y luego que alguien lea eso en pantalla y que sepas que tu madre lo escucha y diga: ¡eso fijo que lo ha escrito mi niño, portutatis! y mi padre, que está al lao, le conteste: ¡que también es mi hijo!- y mi hermano fotógrafo de platos combinados de restaurante de polígono, de esos que sale el huevo frito blanco redondo perfecto –sencillo y discreto, como buen huevo- y sin puntillas ni aceites sobrantes y la lechuga verde verde y las roquetas con un color que te dicen si me comes no sales vivo de aquí y, si sales, la próxima vez prueba el 15. A mi hermano, como es práctico, esa idea de hacer 20 fotos –no más- y tirarse a vivir el resto de sus días a la pierna tonta le va, de ahí que trabaje como un cerdo. Yo, por el contrario, soy más disperso, de trabajar a conciencia, y me cuesta un trabajo tremebundo lograr trabajar poco. De hecho, cuando me preguntan a qué me dedico, digo, muy serio: trabajo para no trabajar. Y la gente, pues no me cree, porque la gente no se cree nada, y entonces tienes que ponerte a explicar la situación completa entera desde los fenicios y al final pues sí que te entienden y te dan el sí de los aburridos y dicen: la verdad es que ya da curro, ya. Pero trabajar, ¿en qué trabajas? y deseas, aunque solo sea un instante, tener un trabajo normal, de esos con jefe amargao que ni come ni deja comer, pero se te pasa enseguida y al minuto viene otro y te pregunta en qué andas y le dices ¡no te lo vas a creer! y así todo el día sin parar de currar y el cabrón de mi hermano con los huevos fritos, pájaro.

07 octubre 2011

De Caballero


La penúltima vez que entré en una tienda de ropa creo que aún se editaba El Pensamiento Navarro. Iba yo con mi madre, que me llevaba de las orejas, a que me ‘cogieran los bajos’. A mi ya solo la expresión me aterraba, aunque no tanto como lo que me picaba aquel oriller verdeguardiacivil que a nada que tuvieras una uña un poco mordida te pegabas toda la tarde con la mano enganchada al pecho. ¡Deja de rascarte, hombre, y haz caso a esta señora, que te va a clavar las agujas si no te estás quieto! Yo sudaba, profusamente, que se dice. Liberaba la uña del oriller y miraba para abajo a aquel moño, que luego había que quitarse los pantalones con cuidado para que las agujas no se te clavaran en las garrillas y me estresaba tanto el proceso que creo que jamás habré salido de un probador con los pantalones con los que entraba puestos, que salía siempre a la carrera con los de los bajos cogidos en la mano -tan contento- que me plantaba en mitad de la tienda en calzoncillos. Y mi madre claro quería morir. Y la del moño miraba etiquetas. Un dolor de niño, vamos. ¡Última vez que venimos! Ahora, de mayor, igual, pero encima quejándome. Y en calzoncillos, a mi edad, en mitad de Zara, y mi rival muerta de vergüenza –les juro que en casa es medio normal-, pues como que no, que la que quiera espectáculo, que abone –en mi caso, poco, jaja-, no te jode. Así que compra todo ella, es la encargada de textil. Pero ayer entré en una, para superar los miedos del pasado. Y me atendió la exsenadora María Caballero, a la que antes había oído decir en la tele, en su nuevo cargo de Concejala de Comercio, que “mucha gente tendrá que reciclarse, empezar una vida desde cero y emprender”. Hay gente que no ha probado nunca nada y aún y todo se queda en pelotas en mitad de la tienda.

06 octubre 2011

No tardes


No es que sepa más que tú, pero no creo que tampoco mucho menos. Deberías irte, sería lo mejor. Para todos. Por supuesto para ti. Porque que hayas hecho autocrítica no sirve. Eso vale –y solo en ocasiones- para las relaciones personales, pero no en tu caso. En tu caso, además, no ha sido una autocrítica, porque la has hecho tarde y después de que te fuera solicitada con insistencia, con lo cual no es auto. Y no te hace ni mejor persona ni gestor. Además fuiste muy mentiroso. Y, peor, arrogante. Recuerda aquello “la crisis no afectara a la gran mayoría de los navarros”, que si no lo dices no pasa nada. O “ya hemos pasado el Cabo de Hornos”. Lo leo ahora y me recuerda a El peor viaje del mundo, de Apsley Gerry-Charrard (estábamos en las peores condiciones en que puede encontrarse un hombre que aún es capaz de seguir viajando; pero nunca oí una palabra de queja ni un juramento, y vi que la abnegación superaba todas las pruebas). Me lo recuerda, pero al revés. Porque -esto es lo peor de todo, que ya es decir-, te quejabas amargamente: “a ver qué dicen ahora los de las críticas”. ¿Te acuerdas? Es que fuimos tan felices, como decía Michi Panero. No contento con eso, sabes que eres una imposición del anterior, que la actual no te quiere. Por eso sales poco. Por eso y porque ahora no es bonito salir. Perder, sea lo que sea, es molesto, pero no es el fin del mundo. Deberías probarlo. Y es que, ¿sabes?, los de las críticas están muchos en el paro. O de ERE. Esos son los que te criticaban, no creas. No gobernáis para la prensa y el resto de partidos. Esto deberían habértelo enseñado. Pero no te has enterado, como la gran mayoría. Haz favor, vete de una puta vez. No es nada personal, pero no alargues tu agonía, porque será la nuestra. No tardes. La vida es bella, ya verás.

05 octubre 2011

'La' Teresa


Esto ser sería sobre el 86 o el 87 y tengo que ir a Pamplona desde el pueblo. Algo se me ha perdido en Pamplona en plenos Sanfermines y me tengo que ir a pisar pis en lugar de verde. Vamos, no me apetece. Mi madre: va ‘La’ Teresa a trabajar a las siete, puedes ir con ella. Yo: ¿me puedo quedar con la mitad del billete de bus? Entonces mi madre llora adivinando el futuro que le espera. Voy con La Teresa, 60 años, rubia, pelo corto, ojos azules. Angelical. Tiene una tintorería en Barañáin, pero nació en mi pueblo y yo no nací en el suyo. Beso, beso. Tengo 14 años. O 13. ¡Átate el cinturón, Jorge! me dice. Pienso ¡qué mujer más apañada. Y segura! mientras me meto en aquel creo 205 de La Teresa, que es una de las siete hermanas solteras más un casado que nacieron a 50 metros de donde paso el verano. 7 de la mañana. A las 7 y 50 me bajo del coche donde el Lar Gallego. ¡Adiós, guapo, nos vemos mañana! El puto Ayrton Senna es una monja al lado suyo, un caracol vago, un limaco baboso de ciudad, un pijo. Mi padre ese trayecto lo hace en hora y cinco. Carreteras de montaña. La Teresa le ha limado 15 minutos a mi padre y a mí 20 años de vida. Eso sí, he vuelto a nacer. Decido que como para celebrarlo no puedo meterme mi primer gin-tonic –no llevo dinero- tengo que hacer algo fuerte. Corro el encierro txiki, que no he corrido ni volveré a correr. Corro tanto desde Estafeta que llego a la plaza con los perros esos que sueltan y al día siguiente veo mi jersey rojo no en las astas pero sí delante en el periódico, pero no digo nada. Cuando tras eso veo a mi padre y le beso especialmente me dice ¿qué te pasa hoy? le contesto: ya le contaré en 2011, padre. La Teresa ya no conduce y por tanto no hace falta encierro txiki. Es una insensatez y una aldeanada pija de ciudad. Era angelical.

02 octubre 2011

Una semana


Recibo un mail de un amigo en el que me dice que “(equis) y yo siempre estamos perpetrando planes ficticios e imposibles para irnos a vivir a Buenos Aires. Aunque sea a vivir una semana” y corroboro que la mejor literatura urgente que se practica hace años, aunque solo sea por cantidad y de ahí la mera estadística, se encuentra en los mails y los sms. Y muchas veces de la mano de profesionales no relacionados con escribir, que tengo otro amigo que hace troqueles y no ha leído más allá de las instrucciones del horno y manda unos mails descacharrantes de morirte porque escribe como habla, que es hablar como piensa y al hablar directamente no filtra, va todo de seguido. Y pienso: no sé si la literatura y el periodismo tal y como los entendemos hoy durarán mucho, pero siempre, siempre, encontrarán un hueco, porque eso que llevo oyendo desde que nací de que ya está todo escrito y dicho y cantado y filmado ya lo decían en los 60 y los 70 y los 80 y después y no deja de ser la cagada posterior que suelta el que ha hecho algo y quiere distanciarse y minusvalorar los intentos posteriores, como el que ha estado seis veces en el Everest o ha intentando televisar su cumbre en directo y ahora dice que ‘el Everest es un circo’. Vete en agosto con la novia y un cocinero, como hizo Messner, súbetelo en tres días con una tiendita enana y luego hablas de circo. Quédate en casa escribiendo todos los días un algo largo y júntalo y ponle una dedicatoria y que lo encuadernen o no y que alguien lo lea aunque solo sea uno y luego ve y di que ya está todo escrito y hecho y andado. Esos y muchos más mensajes del pelo reciben los jóvenes de hoy y, como siempre, muchos de ellos no hacen ni caso y gracias a eso pues Buenos Aires genial y más de una semana pero aquí también se está bien, qué coño.

01 octubre 2011

Solico


Iba yo –con mi caballooooo- deambulando y tate que me topo con un tumulto e imaginen qué hice. Efectivamente. E imaginen qué pensé mientras iba. Efectivamente: txistorra gratis, tanta gente no puede estar unida al albur de los acontecimientos. Y no, oye, que no había txistorra, no me fallaba una intuición desde que Warren Beatty dejó de ser virgen, en 1940. Warren Beatty nació en 1937. Total, que logro introducirme en el propio núcleo del caos y qué veo: un votante de NaBai, ahí, solico, en el suelo, con una tiza blanquica que le habían pasado por todo el perfil. Dormido, angelico. Y la gente hablando: lo han debido de dejar aquí sus padres; yo he pasado con la perra a las 7 y ya estaba, pero he pensado que sería un mal rato;¿ pero aquí, en plena Plaza del Castillo, a las tres de la tarde, con lo que casca el sol?; por eso me ha llamado mi hermana, que es monja, para que viniera yo, que soy médico; encantada, yo soy callista, pero mi tío es cura, y por eso le he dicho que venga, por si le tenía que dar la ‘extremafunción’; respirar, respira, pero es un hilito y a mi en el seminario me enseñaron que hasta que no haya hilito no proceda: ¡menudo seminario de los cojones!; yo una mano de hostias le daba y ya verías cómo ranka de aquí, en mitá la cola la heladería, ¡aberlatxe, albertxigo!; ¿no ‘tendrais’ alguno cinco duricos pal autobús pa Donosti? Había también la parte alícuota de niños –unos 2 por adulto-, un policía que llevaba media hora mirando lapuntael lapiz lablackeberry, unas 200 personas más y dos mozas, que se hablaban: ¿será de los independientes o del PNV?; del PNV, tía; ¿y cómo lo sabes?; esas cosas se saben, tía, ¿no ves qué pantalones lleva? Esos pantalones los tengo yo vistos de Sprinfield, tía; ¡ahh, ya! Entonces el tipo se levantó y dijo: puta ciudad.